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La transformación del sonido en una pieza musical, encuentra diversas formas de expresión, relacionadas directamente con la vanguardia global.
En un mercado como el nuestro, donde las manifestaciones artísticas devenidas de la construcción cultural, siempre dinámica, pese a las limitaciones sociales, encuentran nuevos espacios alternativos donde liberar su caudal creativo.
Este es el caso de la electrónica, que cada vez con más exponentes, gana terreno en la escena nacional, no solo por la saturación de propuestas extranjeras, sino por el auge de los DJ locales.
Andrés I. González, más conocido por su nombre artístico, “Sapukai”, integra esta nóbel generación de músicos.
“Sapukai es el proyecto musical y visual experimental, que realizo hace varios años en Argentina, lugar donde nací, y con el que participo cada vez más aquí en Paraguay, donde me crié”, indica el artista de 30 años.
Tomó clases de percusión y canto con reconocidos profesores de diferentes corrientes (afro, latinoamericana, litoraleña y jazz), sumando a eso, instrumentos electrónicos y digitales como samplers, secuenciadores, baterías electrónicas y procesadores de efectos.
Editó su primer disco en el 2011, de forma independiente. Actualmente trabaja en la edición de su siguiente material, “Saturnalia”.
“La fusión de estilos, no es algo que me interese particularmente; sí la incorporación de ingredientes externos a la electrónica, pero no necesariamente relacionados. Disfruto escuchar ritmos, timbres y composiciones que me resulten desconocidos”, afirma.
Sin directrices estilísticas que delimiten su trabajo, podríamos describir su música,dentro de un minimalismo maximalista, lo primero haciendo referencia a la cantidad de recursos materiales, y lo segundo a los recursos sonoros.
Recientemente Sapukai, participó en la I edición de la celebración “Carnavalia”, evento promovido por “La Comuna”, uno de los varios proyectos que abordan actividades con énfasis en la cultura, no solo desde la mirada artística, sino desde un compromiso con la revitalización de la ciudad y varios ejes relacionados con la diversidad social y la inclusión.
El sitio escogido, fue el espacio cultural “La Caosfera”, donde logró conectar intensa y efervecentemente con el público, en una fiesta nada similar a las grandilocuentes propuestas comerciales.
“Buenos Aires tuvo, por lo menos hasta hace un tiempo, un mayor flujo de intercambio cultural con otras regiones que fue moldeando las producciones propias y propiciando el escenario para consolidar ámbitos de repercusión de la música electrónica experimental”, acota al respecto.
“La autogestión sigue siendo en muchos casos la única alternativa, y en lugares donde el flujo de este tipo de producciones es menos caudaloso, puede requerir aún más esfuerzo”, remarca.
“Confío que en los años venideros los artistas locales, entre los cuales me siento también parte, encontraremos más formas de potenciarnos de manera conjunta y así poder seguir corriendo esos límites con los que a veces el mercado dominante condiciona a las producciones culturales alternativas”, agrega.
“Colectivos artísticos interdisciplinarios, sellos y festivales de la misma índole, jornadas de encuentros, creo que son hoy herramientas fundamentales para fortalecernos en conjunto y ampliar el terreno de repercusión”, finaliza.
Con pasos firmes y sin ninguna premura, Sapukai, continúa llevando consigo las convicciones de sus proyectos, posicionando su carrera en un estadío de constante aprendizaje, destacándose en la escena regional y buscando dar un espacio merecido a las producciones alternativas, formando un verdadero caleidoscopio cultural.