La leyenda del rock, quien por décadas ha agotado las arenas con sus maratónicas actuaciones, dijo que extendería su permanencia en el Walter Kerr Theatre, de 960 lugares, del 28 de febrero al 30 de junio próximos.
Springsteen abrió sus presentaciones el 3 de octubre y ya las había extendido hasta el 3 de febrero, con todas las entradas vendidas casi al instante. Los boletos de las presentaciones del baladista de la clase trabajadora de Estados Unidos, de 68 años, fueron puestos a la venta a entre 75 y 800 dólares, pero inmediatamente aparecieron en reventa en otros sitios a precios mucho más altos.
El martes, el boleto más barato en el sitio de reventa StubHub estuvo en 1.499 dólares, un precio significativamente más alto que los que tienen los teatros más codiciados de Broadway, incluidos los lugares para ver Hamilton y Hello, Dolly!.
Springsteen ha tratado de reducir la especulación con un nuevo sistema de verificación por Ticketmaster, que pide a sus fans firmar y usar algoritmos que determinan la probabilidad de que el comprador asistirá a la presentación, antes de proporcionar un código para permitir la compra.
Springsteen ha dicho que para crear la experiencia de conciertos más íntimos se inspiró en un show privado que dio en la Casa Blanca, como un regalo de despedida al presidente Barack Obama para su equipo.
En lugar de los grandes conciertos con su E Street Band, cuyas sorpresivas canciones maravillaron a sus fans, en los conciertos de Broadway el roquero se presenta solo con el piano y la guitarra y una lista de canciones.
Las presentaciones, después de la publicación de la autobiografía del cantante, empezaban con su temprana canción Growin’ Up sobre sus años de adolescente y culminaban con Born to Run, su clásico éxito de fuga y ambición.