Es también el primero en 35 años en el que el vocalista se reencuentra en un álbum de estudio con los otros miembros originales Tony Iommi y Geezer Butler.
El lanzamiento del que será su decimonoveno disco de estudio está previsto para principios de la semana que viene y ha sido producido además por Rick Rubin, afamado responsable de un centenar de trabajos, incluidos algunos de los más famosos discos de Red Hot Chili Peppers, Slayer y Rage Against the Machine, entre otros.
Precisamente, Brad Wilk, batería de esta última formación, ha participado en las sesiones de grabación en sustitución de Bill Ward, el cuarto miembro fundador de Black Sabbath, que declinó participar en “13” por desavenencias económicas.
La elaboración del disco fue muy accidentada y, además, hubieron de hacer frente al retraso por el cáncer linfático diagnosticado al guitarrista Tony Iommi y al polémico perdón de Osbourne a su familia y compañeros a través de Facebook por haber recaído momentáneamente en la adición a las drogas y el alcohol.
Surgidos en 1968, se considera a esta formación como la pionera del rock duro junto con Led Zeppelin y Deep Purple y se les estiman unas ventas de más de 70 millones de discos en todo el mundo.