Ariana Grande en Roma, otro homenaje a Manchester

ROMA. En la gran pantalla detrás de ella, emergió también en Roma su famosa diadema con orejas de conejito, que se convirtió en el símbolo de un amor incondicional por Manchester, en aquel concierto a beneficio y en homenaje a las víctimas del ataque.

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Esta noche en la capital italiana, a la diminuta muchacha se la vio en el centro del escenario cantando con su voz partida por las lágrimas, por momentos, pero siempre con la energía que conlleva su ya famoso Over the rainbow. Ese, justo cuando sonó ese tema, fue el momento más emocionante de la actuación de Ariana Grande, de 23 años, que conmovió y fascinó desde el escenario de Pala Lottomatica, en Roma.

Fue la primera etapa de la gira italiana (el 17 se presentará en Turín), que lleva por lema Dangerous Woman Tour (Gira de una mujer peligrosa).

El público italiano le respondió con admiración y con un enorme respaldo cuando clamó “Manchester, Manchester”, un grito emotivo, entregado a la estrella estadounidenses del pop. Ese grito se repitió varias veces durante su actuación.

Si el miedo estuvo presente -fue un concierto blindado con estrictos controles- no dominó la escena. Numerosos niños acompañados por los padres y adolescentes se dieron cita en el palacete de la música romano, muchos con vinchas con el nombre de la cantante. Toda una avalancha de adolescentes, especialmente niñas, ansiosas, que llegaron con carteles de colores, y cintas con orejas de conejo en un ambiente de fiesta.

Las canciones Be alright, Bad decisions o la emocionante One last time enloquecieron a los asistentes. Y las cualidades vocales de la artistas se fundieron con impactantes coreografías y juegos de luces en un show inolvidable.

La calidez de Grande emergió todo el tiempo, junto a su entrega en el espectáculo. “Roma hola”, “te amo” y “gracias” resonaron en el ambiente, disparando aplausos y gemidos.

El pop con momentos rítmicos intensos, dio paso también atramos melódicos, llenos de intimidad como en temas como Moonlight y el gran final frenético con Dangerous Woman (Mujer peligrosa).

Es cierto que hubo estrictos controles en los ingresos, con detectores de metales y la prohibición de mochilas y bolsas grandes, latas, botellas, paraguas, tabletas, videocámaras y otros objetos “de riesgo”. Pero nada empañó la fiesta.

“No, nunca pensé en no venir, el peligro está siempre, no se puede cerrar las puertas de todo”, comentó desde sus inexpertos y sensatos 17 años Noemi, emocionada por el concierto y contenta por haber llegado desde Umbría, sólo para ver a Ariana Grande con su amiga Giorgia.

Ellas sintetizaron la noche romana.

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