Con la clara intención de “seguir adelante”, anuncian una gira mundial en 2015 para presentar su nuevo álbum.
Lo dice su líder, Angus Young, en una entrevista telefónica con Efe que atiende desde Nueva York, en medio de la enorme promoción de Rock or Bust (Sony Music), que se publicará el 2 de diciembre y que llega dos años después del directo Live at River Plate, cuatro años después de la BSO de Iron Man 2.
En realidad, un álbum recopilatorio, y tras nada menos que ocho de la publicación de su último disco con material inédito, Black Ice.
El paulatino empeoramiento de la demencia de Malcolm Young retrasó el avance del decimoquinto álbum de estudio del grupo, cuya elaboración se anunció ya en una entrevista en 2011. “Esperábamos que su enfermedad se estabilizara y que fuera capaz de trabajar, pero al final él mismo se dio cuenta de que no podía aportar más”, cuenta el Young más joven de AC/DC.
“Su estado de salud, desde el punto de vista físico, ahora mismo es bueno y está atendido con los mejores medios”, afirma sobre quien es, además de su hermano, un miembro fundamental de la veterana banda, que cumplió 50 años de existencia en 2013.
Su ausencia se notará en la gira que “indudablemente” les llevará el año que viene a presentar Rock or Bust por todo el mundo, pues la intención, asegura Young, “es que AC/DC siga adelante”.
“Continuaremos durante tanto tiempo como sea posible hacerlo y, además, hacerlo bien”, añade, antes de subrayar que “el factor determinante” es que conserven esa “pasión” que les ha preservado de la sombra de la disolución que aquejó a tantas otras bandas coetáneas.
Para más inri, su batería Phil Rudd acaba de ser imputado en Nueva Zelanda por amenazas de muerte y posesión de drogas (retiraron los cargos por instigación para cometer dos asesinatos), tras un registro en la vivienda que el músico de 60 años tiene en aquel país.
“Phil está en una situación complicada ahora mismo”, concede Young. “Antes de los últimos acontecimientos, ya tuvimos algunos problemas, porque se estaba volviendo muy difícil trabajar con él”, desvela. “Y eso es algo que aún tenemos que resolver”, responde a la pregunta sobre la continuidad del músico en la banda.
La actual tesitura no es pues nada sencilla y les deja en un lugar similar al que en 1980 provocó la muerte de su entonces cantante, Bon Scott, en medio de la grabación del celebérrimo Back in Black, lo que impulsó la fulminante contratación del que desde entonces ha sido su vocalista, Brian Johnson.
“Fue de las peores cosas que ha sufrido la banda, pero lo gestionamos como pudimos y fuimos muy afortunados de encontrar a Brian”, recuerda sobre los terribles días de elaboración de un disco que, a la postre, se convirtió no solo en el más exitoso de su carrera, sino en el segundo más vendido de toda la historia, con 50 millones de copias.
La huella de Malcolm Young sigue estando impresa en cualquier caso en Rock or Bust, en el que se han retomado ideas concecibas “a lo largo de los años” por los dos hermanos, lo que se nota en el cariz clásico de las composiciones y los “riffs”.
De hecho, su fuente de inspiración sigue siendo “tan sólida como una roca”, dice, y se sostiene en los mismos pilares de siempre: “Guitarras, bajo y música rock”.
Tras algunos álbumes previos en los que conjugaron su estilo con “blues” y “soul”, AC/DC volvieron al sonido de sus comienzos en Black Ice (2008), un camino que prosigue Rock or Bust de la mano del mismo productor, Brendan O'Brien, y del mismo ingeniero de mezclas, Mike Fraser.
“Lo que siempre hemos querido es hacer canciones que la gente reconozca desde el principio como temas de AC/DC”, señala. Solo una salvedad en las semejanzas entre ambos trabajos: este es bastante más breve que su predecesor, unos 35 minutos de duración.
“Brendan se propuso aumentar la pegada de cada canción tanto como pudiéramos y dejar al público con las ganas de más”, explica.
Entre las canciones, las primeras que destacan son los “singles” Play ball y Rock or bust, dos piezas clásicas de AC/DC al cien por cien, aunque pronto llaman la atención otras que, por su título, parecieran aludir a tiempos presentes.
“Hard times (tiempos difíciles, en español) habla en realidad de los primeros años, cuando salíamos muchísimo de gira, intentando ganarnos la vida con esto”, avanza sobre unas referencias que tampoco son actuales en la bélica Dogs of war, la cual alude al paso de Aníbal por los Alpes junto a los elefantes.
Su apuesta por los usos tradicionales de la industria se extiende también a las formas de distribución. Con un “no” rotundo, Young rechaza imitar alguna vez la estrategia de U2 con “Songs of innocence” y lanzar gratuitamente uno de sus discos. “No pueden aburrirnos con objetivos baratos”, apostilla.