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Con este álbum, que significa también su debut como productora, su meta es dejar algo con lo que pueda decir “esta soy yo”.
“Yo no me puedo definir y me gusta ponerme desafíos”, expresó la cantante sobre la variedad de estilos que aborda en “Hybrida”. Si nunca se definió, asegura, es por todas las personas con las que trabajó. “Yo me fui laburando con gente que hace folklore, música clásica, jazz, rock, entonces eso a mí me llevó a armar un repertorio muy ecléctico”, contó.
Incluso el haber sido parte de la escena del metal le sirvió para nutrirse de la forma de trabajo de los músicos de esta escena. Allí, agregó, “todos se ponen la camiseta del grupo y su meta es hacer que la música siga”. De esa forma encararon entonces su carrera, con ayuda de su marido y manager, Diego Arriola, bajista de The Profane.
A diferencia de su anterior y primer disco de estudio “Trece”, donde compuso cuatro temas propios (algunos de ellos en inglés), Andrea se lanzó esta vez a la composición y producción, junto con Arriola, de temas netamente en español. La mecha se encendió luego de la actriz Maia Nikiphoroff le pidió que cree un tema para la película “Pecado Original”, estrenada en EE.UU. “Si esto me pasaba cinco años atrás iba a decir que no porque no me sentía en el momento capaz de componer una banda sonora”, dijo Andrea. Pero el resultado gustó tanto que empezaron a proyectar el segundo disco.
“Trece” era como muy tímido, encima había temas en inglés”, rememoró Valobra. Pero esta vez incluso pensaron a qué público dirigirse, y fue allí cuando les sorprendió ver que Andrea tenía seguidores muy jóvenes como muy adultos. Por ello tuvieron en cuenta que “el público es el que te posiciona o te destrona”. A partir de allí empezaron a experimentar y “a jugar con todos los estilos” que alguna vez hizo.
Justamente el primer corte de difusión llamado “No Oh Oh!” tiene una marcada influencia de ritmos latinos. “Hace unos años jamás pensaba cantar algo así, pero me gusta ponerme desafíos”. Señaló también que el disco incluye “una balada medio blues, un rock vintage” e incluso una versión de la guarania Asunción “pero con otro tinte” en busca de “innovar”.
CREANDO HISTORIAS
“Cuando escribo me gusta crearme historias”, indicó la artista, quien aclaró que no siempre cuenta cosas que le pasaron a ella. “Toda la vida escribí cuentos cortos, historias irreales, creo que eso fue a raíz de que fui como muy solitaria, entonces me creaba mis propias películas en mi cabeza”, relató. “Me encanta contar historias”, destacó.
UN NUEVO CAMINO
Un año trabajaron en este nuevo disco con César Da Costa, alguien quien “entendió” lo que Andrea quería hacer “y nunca juzgó”. Como ella nunca estudió música, afirmó que a veces se “cohíbe” al mostrar sus ideas a músicos que sí pasaron por una formación académica. “Fue la primera vez mía y de mi marido haciendo de compositores y productores”, apuntó.
Sobre todo ese año fue también una etapa de descubrimiento para ella. “Estaba buscando quién soy yo y cuál es mi voz. No soy Christina Aguilera, no soy Amy Winehouse, no soy Sia, no soy Whitney Houston, y eso fue otro proceso”. Al principio, recordó, todo lo que grababa no le gustaba. Se encontró con dificultades al expresarse en español porque siempre se sintió cómoda con el inglés, pero al desarrollar su faceta de cantar en nuestro idioma asumió las cosas “de otra manera”.
“Estaba muy ansiosa, con mucho miedo”, dijo acerca de cómo se sintió antes de compartir su trabajo que ya está en plataformas digitales. Contó que la gente ya está escuchando e incluso le escribieron colegas a felicitar, “cosa que no me había pasado antes”, añadió.
Evaluó que si bien canta hace trece años, siente que recién está hace un año haciendo sus temas. Si tiene un defecto, admitió, “constantemente” se “está comparando” y cree que ese “es el mal” que le dieron las competencias, se sinceró.
CONJUGANDO LA VIDA Y LA MÚSICA
Noah Constantino, el hijo de Andrea y Diego, ya tiene tres años. La cantante asegura que si algo le generó su nacimiento fue el “decidir qué hacer con su carrera”, porque le hizo preguntarse “¿qué es lo que yo voy a dejarle o enseñarle, o cuál es el legado que él va a recibir de mí?”.
“Realmente quiero morirme habiendo hecho algo mío, dejar algo con lo que pueda decir esta soy yo”. Su maternidad le hizo ponerse metas, porque aseguró que “nunca” las tuvo. Recordó que era muy joven (17 años) cuando se hizo conocida en el programa Rojo, y tampoco tuvo “una adolescencia típica”. “Cantar fue mi único canal de expresión y ahí exploté”, señaló.
De esta manera afirmó que quizás la adolescencia y el estado de rebeldía común de esta época le llegaron tarde, “me agarró a los veinte y pico”, reflexionó. Incluso no veía el ser cantante como una carrera que en nuestro país pueda funcionar. “Cuando empezás a tomar conciencia de que hay otro camino, que va a ser más difícil, pero al fin y al cabo vas a poder proyectarte como artista, y si podés manejar tu carrera como profesional, ahí cambian las cosas, y eso me pasó a partir de que le tuve a Tino”, dijo.
En el plano personal, confesó entre risas que suele ser “difícil” convivir con el hecho de tener “manager marido”, pero que más allá de todo él encaminó su carrera “con un manejo distinto”. Valobra resaltó que Arriola la alienta siempre esperando verla triunfar. “Si alguien se merece llegar sos vos, me dice, quiero verte llegar; y ahí te das cuenta que sí tiene mucho que ver la gente con la que te rodeás”, puntualizó. “Yo prefiero que él sea mi manager que poner 100% mi confianza en alguien que no conozco”, añadió.
Acerca de su camino está segura de que seguirán produciendo y trabajando. “Este es nuestro trabajo, producir, hacer arte. Todavía hay Andrea para rato”, concluyó.