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La guarania fue reconocida como “Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad” por la Unesco. La candidatura presentada por Paraguay, bajo el título “Guarania, sonido del alma paraguaya”, destaca la riqueza emocional y cultural de este género que ha trascendido fronteras, convirtiéndose en un símbolo no solo de Paraguay, sino de toda América Latina.
El reconocimiento llega como un paso significativo en la promoción, preservación y difusión de los valores culturales paraguayos. La embajadora de Paraguay ante la Unesco, Nancy Ovelar, resaltó que esta inscripción representa un “enorme compromiso” del Estado en la conservación de sus tradiciones.
Cabe recordar que, previamente, otros elementos de la cultura paraguaya, como el tereré y el poncho para’i, también han sido incluidos en la lista de Patrimonios de la Humanidad.
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José Asunción Flores: el genio detrás de la guarania
José Asunción Flores, nacido el 27 de agosto de 1904 en el humilde barrio de La Chacarita en Asunción, transformó la música paraguaya al dar vida a la guarania, un género que captura las emociones y paisajes del alma nacional. Su legado musical, marcado por la lucha, la pasión y la innovación, sigue vigente a más de un siglo de su nacimiento.
Hijo de Magdalena Flores y abandonado por su padre, Juan Volta, la infancia de José estuvo marcada por las penurias económicas. Pasó sus días lustrando zapatos y vendiendo diarios, mientras su madre trabajaba incansablemente como vendedora y lavandera. Su habilidad musical comenzó a brillar en la Banda de Policía, donde aprendió a tocar el trombón bajo la guía de maestros italianos.
En 1925, a los 20 años, Flores presentó al mundo la primera guarania, “Jejuí”, una pieza instrumental que marcó un antes y un después en la música paraguaya. Este ritmo melancólico y profundamente paraguayo encontró su consagración con “Arribeño Resay” en 1926, escrita junto al poeta Rigoberto Fontao Meza. Fue la primera guarania con letra, y su éxito popular consolidó el género como un símbolo nacional.
A lo largo de su vida, José Asunción Flores compartió su talento con poetas como Manuel Ortíz Guerrero, con quien creó obras inmortales como “India”, “Panambi Vera” y “Kerasy”. Su vida bohemia y su compromiso artístico lo llevaron a formar una orquesta en Buenos Aires, grabar discos exitosos y expandir la guarania más allá de las fronteras paraguayas.
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Flores también vivió los horrores de la Guerra del Chaco, donde sirvió en las filas del ejército paraguayo, experiencia que marcó profundamente su obra. Más tarde, incursionó en composiciones sinfónicas, destacándose piezas como “Ñemity” y “Mburicao”, interpretadas por grandes orquestas internacionales.
Su muerte, en mayo de 1972 en Buenos Aires, fue causada por el Mal de Chagas. Tras la caída de la dictadura paraguaya, sus restos fueron repatriados y descansan en un espacio público que lleva su nombre junto al de su amigo Ortíz Guerrero.
El centenario de la creación de la guarania, en 2025, será una oportunidad para celebrar la vida y obra de este visionario, cuyo legado sigue inspirando a generaciones. José Asunción Flores no solo compuso música; narró con ella la historia, el dolor y el alma de su tierra.
Fuente: ATENEO CULTURAL JOSÉ ASUNCIÓN FLORES