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“Para mí el arte es libertad. Es una expresión límite de la libertad”, era una frase característica de Gustavo Beckelmann, quien “con su dominio del concepto de “El espíritu del tiempo” (Zeitgeist), plasmaba en sus obras la complejidad de la figura humana inmersa en los dilemas intelectuales, morales y culturales de su época”, al decir de Beatriz Bosio, quien estuvo a cargo de los textos para esta muestra.
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La escritora, profundizó que el arte “visceral y crítico” de Beckelmann “representa la lucha constante del ser humano ante un universo hostil, conservando siempre un toque lúdico. En sus creaciones, el artista hacía una llamada de alerta al espectador, un mensaje que perdura más allá de su tiempo”.
“Beckelmann solía comparar al artista con los canarios que los marineros utilizaban en submarinos durante la Primera Guerra Mundial, tal como relataba C.V Gheorghiu en su libro ‘La Hora 25′. Los canarios advertían a los marineros cuando el aire se agotaba. ‘Somos los canarios’, decía el artista. ‘Uno prevé un futuro y debe hacer el trabajo de avisar que el aire se está acabando’”, recordó Bosio.
“Gracias al generoso préstamo de la obra de Beckelmann por parte de su familia, y la colaboración de otros coleccionistas, esta exposición ocupará todos los espacios internos y externos del museo, celebrando el legado de un artista cuyo tránsito por este mundo fue breve, pero cuya proyección hacia la eternidad es infinita”, destacó.
En ese sentido, hay una participación especial en la muestra de obras pertenecientes a la Colección Familia Beckelmann, Colección Ardissone, Colección Mendonca, Colección Verónica Torres, Colección Gisele Baddouh, Colección Gonzalez Oddone, Colección Pistilli y Colección David Ocampos.
Cabe resaltar que la curaduría de la muestra estuvo a cargo del arquitecto Christian Ceuppens, en tanto la gestión de archivos la realizaron Verónica Torres y Gisele Baddouh. La arquitecta Alejandra Cortesi fue la secretaria general, mientras que la expografía y archivos lo manejaron Matías Bareiro, Araceli Domínguez y Mauricio Prieto.
Las restauraciones estuvieron a cargo de Erico Torales, el montaje es de Sixto Báez y el paisajismo de la arquitecta Sofía Benza. Finalmente, Salum y Wenz se encargó de la instalación de acceso.
Esta muestra será acogida por el Museo Nacional de Bellas Artes, que se se erige como un punto de encuentro y discusión estética del arte en Paraguay, ofreciendo no solo una experiencia cultural enriquecedora, sino también contribuyendo al conocimiento y disfrute público del patrimonio artístico del país.
La muestra podrá visitarse de martes a viernes, de 09:00 a 19:00, y los sábados de 09:00 a 20:00, en la sede del museo ubicada en Eligio Ayala 1345. Acceso libre y gratuito.