"Sueños hay muchos", afirma la pianista en una entrevista con EFE, justo antes de adentrarse en la programación la orquesta para el otoño español.
Licenciada en Música, con especialización en Piano por el Instituto de Artes de la Universidad del Estado de Sao Paulo y Máster en Artes, con especialización en Administración Artística por el Chicago College of Performing Arts, Colominas ha movido con frecuencia su maleta artística, lo que le ha dejado poso, como lo vivido durante la pandemia de covid en Nueva Zelanda.
Afirma que comienza su nueva etapa "con muchas ganas", y tras conocer a fondo la situación de la orquesta española, "tomar decisiones y hacer planes para los próximos años", resumió sobre sus intenciones.
Colominas destaca el ambiente "de compañerismo" que se respira en esta orquesta que, según entiende, "es fundamental para hacer música en conjunto de altísimo nivel, para cuidar de la excelencia en la interpretación y dar lo mejor de sí".
Reconoce que el público de cada orquesta marca buena parte de esos proyectos a futuro y, en este sentido, recuerda que en su etapa en Nueva Zelanda, con la Sinfónica Nacional de ese país, llegaron a dialogar con la música popular maorí, con el rock y hasta el heavy metal, lo que no descarta para el caso de la orquesta española, siempre con una planificación que integre todos los factores que lo condicionan.
Preguntada por los planes de incorporación de músicos, Colominas afirma, que en estos momentos "está conociendo el contexto, conociendo a la gente", y recalca que el cuerpo artístico de la orquesta es "privilegiado y bueno", encabezado por el maestro y director Terry Fisher.
No obstante, adelanta que le "encantaría" trabajar con la también pianista argentina, nacionalizada suiza, Martha Argerich, entre otros artistas que son "leyendas vivas": "Uno siempre sueña con traerlos".