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Lentes de sol, una cadena brillante y un suéter gris. Así aparece YSY A. Una mezcla de brillo y sencillez envuelven el aura de Alejo, el que está detrás de este nombre artístico y quien a sus 26 años ya lleva una carrera de conquistas pero también de momentos donde no todo sale bien, como él mismo confirma más tarde en la entrevista.
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Él tenía solo 9 o 10 años, según rememora, cuando empezó a escuchar por ejemplo a Lil Wayne, por YouTube. “No lo podía creer”, expresó sobre las impresiones que sentía en aquel entonces, cuando empezó a descubrir a los primeros ídolos que le señalarían el camino. Le llamaba la atención todo: “la vestimenta, el estilo, cómo se desenvolvía, aunque no entendía nada de la letra”, dijo con una gran sonrisa. Pronto llegaron también reggaetoneros de la vieja escuela, como Daddy Yankee, Don Omar, De La Ghetto o Jowell & Randy. Una mezcla posible empezó a plantearse así en la mente de Alejo.
“En esa época uno es chiquito y tiene mucha ilusión de lo que ve. Hay inocencia, y no terminás de entender las cosas que ves, entonces como veía las ropas, los cadenones, cómo caminaban, decía: oh qué estilo que tienen, muy loco. Me compraba las primeras musculositas, andaba todo chiquitito, ya después empecé a comprar ropa ancha. Caía a la escuela vestido así y me decían: ¿qué hacés vestido así Alejito?”.
Así demuestra que él ya sabía lo que quería de manera tajante. Muchos lo saben pero quizás otros no, pero YSY A es un nombre bisagra para la historia de muchos otros artistas en su país, ya que junto al presentador Matías Berner crearían una de las competencias de rap con más identidad en Argentina: El Quinto Escalón, por donde pasaron otros que hoy también ya son grandes exponentes, como Duki, Neo Pistea, Khea, Trueno, Lit Killah o Wos, entre muchos otros.
“Se me eriza la piel de solo pensarlo y de solo imaginar ese adolescente que fui, que empezó a armar su historia, una historia que terminó influyendo a mucha gente. Al día de hoy la verdad que es como un orgullo muy grande y como una felicitación a ese yo más chico, como para decirle: bien ahí loco que le pusiste todo de vos a algo que terminó haciéndole bien a un montón de gente y la verdad que yo no puedo estar más feliz. Hoy veo a muchos pibes y pibas nuevos que están haciendo música y me emociona un montón porque justamente era mi sueño que todas las personas que puedan conozcan eso que yo había conocido que tanto me había enamorado”, afirmó con toda la seguridad que lo caracteriza a la hora de hablar y también de plantarse sobre un escenario.
Trabajo arduo, amor propio y vínculos sanos
Siete álbumes, EPs, numerosos sencillos, el sello independiente y marca de ropa Sponsor Dios, expanden el mundo de YSY A, demostrando que no puede parar de crear, moviéndose entre el ser musical y el empresario. Pero para él no existe un secreto, más que el esfuerzo constante.
“Yo lo digo siempre, yo hace más de 10 años que vengo esforzándome todos los días de mi vida por ser quien soy y por lograr las cosas que he logrado. Hoy por hoy estamos muy acostumbrados a ver por internet la foto del éxito, a la persona cuando ya está en el éxito, arriba del escenario, arriba del avión privado, el hotel lujoso, hoy las redes sociales a los mismos artistas nos hacen mostrar eso nomás, porque es lo que la gente también termina queriendo ver. Lo que no ven son todos esos días y años de esfuerzo, de incertidumbre, de que realmente no sabés si te va a tocar o no te va a tocar, pero lo que sí sabés es que es lo que más disfrutás hacer en tu vida, y que no hay otra cosa que vos disfrutarías hacer tanto”, subrayó.
El artista afirmó: “Eso es lo que me pasó a mí, yo sabía que no había nada más en el mundo que me llene tanto como esto, y que por más que haya días que me vaya mejor o peor, o incluso años en los que me vaya mejor o peor, porque uno sube, baja, estás en tu peak (cima) y otro año bajás. Tenés que tener mucho amor propio y amor por lo que estás haciendo para bancártelo, porque si no la mayoría de la gente lo deja a la mitad del camino”.
Ese amor propio, para él es algo clave, por el hecho de que “si no te querés y valorás primero, luego no lo va a hacer nadie”, reconoció. Pero también indicó que es fundamental rodearse de un buen círculo. “Tenés que juntarte con gente que te nutra, que te quiera, que tenga el mismo compromiso que vos, que esté luchando por un sueño, que no sea eso de juntarte con gente por conveniencia, con gente que le sirve estar con vos porque sos famoso, porque tenés plata, éxito. Gracias a Dios hace años que mi equipo está conformado por gente que tiene la misma hambre que yo, las mismas ganas de crecer, todos nos esforzamos por mejorar, nadie se conforma con lo que ya tenemos”.
La seguridad de la voz propia
Alejo no se arrepiente de nada de lo que ha hecho hasta ahora, es más, mira con orgullo toda su obra y los vínculos cultivados a lo largo de su carrera. Además, entiende muy bien que debe encontrar “un equilibrio muy grande entre el corazón y el cerebro” para plasmar con sabiduría sus pensamientos y sentimientos en sus canciones.
“El corazón quiere escupir y decir de todo, y el cerebro es el filtro ahí que dice: bueno, esto está muy bueno vamos a ver cómo lo decimos, esto hay que decirlo, o no hace falta. Siempre desde ese lado de la honestidad, de ser sincero con lo que me está pasando a mí adentro de mi alma, en ese día especial que fui al estudio. Veo qué cuenta la canción de lo que me está pasando”, reconoció sobre sus intenciones y su proceso.
En ese sentido, parando un momento a mirar atrás y evaluar todo lo que logró, piensa en lo conforme que está con lo que ha construido. “Al día de hoy, teniendo 26 años, me siento muy representado por todo lo que he escrito, he dicho y fui formando. Tal vez pasan 10 años y diga: uy qué pendejo atrevido que era, andá sabe”, dijo entre muchas risas sinceras. Pero, añadió: “realmente siempre traté de escribir muy honesto y muy sincero a lo que a mí me transcurre o me ocurre en el cuerpo, entonces cuando pasan los años y veo las cosas que fui diciendo son todas fotos de cosas que me fueron pasando a mí, entonces no está ni bien ni mal, es como que encontrás una foto tuya de hace 5 años y decís: tenía un poco menos de cachetes, el pelo teñido de amarillo, menos joyas, son fotos”, pensó con claridad.
No obstante, dijo ser una persona que no recorre mucho su historia pasada, porque se enfoca más bien en el presente. “Lo que más escucho es la música que aún no saqué. Hace un rato estaba escuchando las últimas canciones que grabé esta semana, todo el tiempo escuchando eso para buscar en qué mejorar, o para disfrutarlas y ya. Pero una vez que salen ya las escuché tanto que no soy de escucharlas mucho, pero no porque no me gusten la verdad. Escucho canciones viejas mías y todas me representan, todas hablan de algo real que me estaba pasando en ese momento así que las disfruto un montón también”.
Los lugares seguros
Para Alejo e YSY A hay dos lugares seguros, que importan más que nada en el mundo, y son el estudio de grabación y el escenario. “El estudio, sin dudas, es una de las más grandes herramientas que tenemos los raperos, los cantantes, es como tu terapia, más cuando sos como yo, que soy compositor y autor de mis letras, estoy cantando realmente lo que me pasa y es una catarsis muy linda, es un lugar donde puedo despojarme de todo ese peso que cargo, entonces la verdad que aprovecho mucho el estudio. Y realmente el mejor lugar terapéutico del mundo de toda mi vida es el escenario, cuando me subo todo el dolor, todas las penas tanto mentales como físicas se van, se van, desaparecen”, reflexionó.
Un sismo es ese fenómeno que hace temblar la tierra. De un tiempo a esta parte, esa comunión entre YSY A y su público ellos lo denominaron “YSYSMO” en un juego de palabras con ese concepto. Esa misma palabra da también nombre a uno de sus discos.
Alejo está seguro que el YSYSMO volverá a suceder en Paraguay con el público que lo sigue, pero espera también que vaya nueva gente al encuentro de este ritual poderoso. “La gente que ya fue a un show mío sabe con qué se van a encontrar, ellos ya saben la fiesta que es, porque algo muy importante, como siempre digo, mi show es la gente, entonces la gente no está yendo a ver un show, está yendo a hacer un show, eso es la más lindo del YSYSMO, que la gente hace que vibre todo, porque yo no soy, son ellos, entonces es algo en lo que participamos todos, es muy fuerte. Y los que vienen por primera vez sé que van a tener una experiencia muy distinta a la que han vivido, pero por eso te digo, ni depende de mí, depende de lo que pasa abajo, del amor y del fervor que se vive ahí abajo, así que yo estoy muy feliz de volver”, cerró el artista.
Todavía quedan entradas generales en venta a través de Ticketea, a G. 220.000.