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La Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) ofreció anoche el segundo de los dos conciertos organizados para celebrar su vigésimo aniversario y también marcó el inicio de la Semana de la Guarania. La presentación, que llenó el Teatro Municipal “Ignacio A. Pane”, estuvo íntegramente dedicada al legado del compositor paraguayo José Asunción Flores.
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Bajo la batuta de su director artístico José Ariel Ramírez, la OSN abrió el concierto presentando un fragmento de “Ma’erâpa reikuaase”, la obra de Rogelio Recalde y Mauricio Cardozo Ocampo que inspiró a Flores para la creación de la guarania.
También se pudo escuchar un fragmento de “Jejuí”, considerada la primera guarania y de cuya partitura solamente se ha podido recuperar una parte. La obra fue estrenada en 1925 y permite apreciar esos primeros pasos del compositor en este género musical que en diciembre podría ser declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco.
La cantante Cristina Bitiusca se sumó a la orquesta, conformada principalmente por cuerdas, vientos madera, el acordeón y un arpa paraguaya, para interpretar las guaranias “Arribeño resay” y “Nde ratypykua”, con arreglos orquestales realizados por el recordado Remigio Pereira.
La soprano Carolina López llevó a volar a “Panambi verá” a un registro más lírico, así como a la versión tradicional de la guarania “India”, en medio de los aplausos del público.
Los músicos de las filas de vientos metales y percusión se sumaron a la orquesta para elevar el ritmo con el “Gallito cantor”, que se presentó con arreglos orquestales de Carlos Lombardo; seguido por las guaranias “Nde rendápe aju” y “Purahéi Paha”, que contaron con la voz del tenor Marcos Villalba. Los tres cantantes unieron luego sus voces a la emblemática “Ñemity”.
José Antonio Galeano ofició de maestro de ceremonias de este concierto y anunció una segunda parte en la que la OSN interpretó la melodiosa “Mburikao”, con arreglos orquestales del maestro Miguel Ángel Echeverría.
Mientras la ministra de la Secretaría Nacional de Cultura, Adriana Ortiz, y la directora general de la OSN, María Victoria Sosa, ofrecieron sus discursos; toda la orquesta se trasladó del escenario al foso, mientras el Coro Sinfónico de Asunción se acomodó en escena y así también las ocho bailarinas de la Compañía de Danzas del ISBA.
La música comenzó a emerger de la fosa de una manera sublime y llegó a su punto máximo cuando las voces del coro se sumaron para interpretar esta magistral obra. Las bailarinas presentaron una coreografía contemporánea, bajo la dirección de Gloria Oviedo, que permitió al público adentrarse aún más en la historia de esta india, mezcla de diosa y pantera.
Se trata de una obra breve pero de una magnificencia sonora, cuya gran energía se podía palpar en la sala. Ojalá que esto también anime a seguir rescatando las piezas sinfónicas de Flores y a llevar a escena otras puestas que requieren de la intervención de un coro y un ballet. El público aplaudió de pie la interpretación con una ovación que se extendió por un par de minutos.