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Este es solo un caso de tantos, pero quizás uno de esos que nos toca de cerca, que nos hace sentir que el mundo es una patria grande. Para el uruguayo Jorge Drexler, el músico misionero es su “artista latinoamericano favorito”, según ha dicho en un concierto en este país. Es así que el uruguayo no pierde oportunidad de desparramar su admiración por quien fuera uno de los músicos más revolucionarios de estas tierras.
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Con su “Milonga paraguaya”, grabada por el cancionista en su álbum de estudio “Llueve” (1997), mucho tiempo incluso antes de dar un concierto por primera vez en Paraguay, Drexler desata en ritmo de una exquisita y elegante milonga una especie de mapa sonoro y emocional de los ritmos de nuestra región, al emparentar a la milonga con nuestro músico. “Milonga paraguaya / prima lejana de Mangoré” reza al inicio de esta canción en donde guitarra, voz, piano y una sutil percusión se enlazan para retratar un poco de la soledad de un artista en búsqueda de inspiración y cómo al final, son estas melodías su hogar.
“Un prócer, un antecesor, un tipo que inventó el tropicalismo incluso antes que lo inventaran en Brasil en los 70, inventó la multiculturalidad en los años 40, salía a cantar de indio y lo acusaban de travesti, de indigenista, de todo un poco”, expresaba un emocionado Jorge Drexler hace cinco años en una de sus tantas visitas, antes de ofrendar esta canción. Así se refería a Mangoré, un artista de quien, según confirmó, se pasó tocando su música e incluso utilizando muchos de sus recursos como inspiración.
Es que quien conoce la música de Jorge Drexler sabe también que el uruguayo es un inquieto y un camaleónico autor que busca todo el tiempo empujar los límites de su creatividad, transformándose en cada disco, así como la habilidad que tenía Mangoré para transformar su camino.
Gracias a eso Drexler ha creado una gran paleta sonora de donde han salido temas tan reconocidos en el mundo como “Al otro lado del río”, ganadora de un Óscar en 2005, la emblemática “Todo se transforma”, que resulta un postulado de toda su carrera, la existencialista “La edad del cielo”, hasta colaboraciones de las más eclécticas como “Asilo”, con Mon Laferte, “Tocarte”, con C. Tangana, entre muchas otras. Todas canciones que conforman discos que dan muestra de su inquietud de buscar algo diferente. Así como Mangoré, a quien en otro concierto también calificó de “valiente” y “outsider”, ya que fue perseguido en nuestro propio país y criticado por “defender una música nueva y diferente”.
De esa manera Jorge Drexler ha salido de su natal Montevideo hacia el viejo continente para radicarse en España y buscar en lo más profundo de su ser ese factor que lo haga también un poco diferente. Él supo encontrar eso llevando de su país toda su carga rítmica, ya que por sus venas corre ese sabor del Río de la Plata, para abrirse también a nuevas visiones y decantar toda su originalidad en música tan diversa.
Su obra le ha valido recorrer el mundo entero, así como ahora que se encuentra por ejemplo visitando por primera vez en sus años de carrera escenarios de Irlanda. Su periplo sigue por Alemania, Italia, Suecia, entre muchos otros destinos que se suman a su ya amplia y larga lista. Así su viaje gracias a la música no es solo físico sino también interno, ya que a través de su recorrido ha ido creciendo como artista y como creador, indagando constantemente en otras formas de componer, desde su experimento para el álbum “Salvavidas de hielo”, grabado enteramente con guitarras hasta para la percusión, así como esta gira actual, donde solo con su guitarra y una máquina de programaciones, busca dar nueva vida a sus obras.
Así como la intrépida milonga, su vida sigue girando y avanzando, a cambios de ritmo, como aquel Mangoré que buceaba una y otra vez en las formas, incluso buscando deformar lo establecido, así se erige Jorge Drexler como otro explorador musical. En su ya vasta obra se puede ver reflejada esa admiración hacia tantos otros artistas también, así como hacia ese Mangoré que siempre lo impresionó y lo movilizó.
El impacto del nacido en San Juan Bautista, Misiones, y que ha elegido a San Salvador para que sea lugar de su última morada, sigue siendo motivo de orgullo como también de reflexión, para entender cuánto puede una persona deseosa de poder aportar su mirada en el arte tocar a generaciones enteras de artistas.
¿Por qué Mangoré sigue siendo al día de hoy una de las figuras más recordadas de nuestra música? ¿Por qué su legado nace en otras formas, en otros creadores como Jorge Drexler? Porque el ejemplo de uno de los compositores más grandes del siglo XX siempre será esa valentía de desafiar al vértigo de ser diferente, de transformar todo lo que toca.
Es que la música es parte de las artes vivas, la música no deja de expandirse, de mutar, de existir desde la visión de miles que se atreven a transformarse, como Mangoré, como Jorge Drexler.