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La ocasión, ayer en la sala García Lorca de la Manzana de la Rivera, tomó por excusa el lanzamiento del álbum “Limón Sutil III”, trabajo en el que presentaron canciones que habían grabado hacia el año 2008 y que lanzaron en plataformas el pasado 16 de febrero. Y qué mucho tiempo tuvo que transcurrir para que estas grabaciones lleguen a oídos del mundo, pero no se tardaron para tocarlas para un público fiel y para quienes seguro los veían por primera vez.
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Desde el inicio invitaron a la gente a despabilarse con “Sacúdete”, tema de su álbum debut nombrado como la banda. Siguieron con “Justicia”, del segundo disco “Electrik!”, para luego arremeter con todo con una seguidilla de temas del nuevo lanzamiento y un desfile imparable de invitados, uno más emocionado que otro. Además, en diferentes tramos contaron con el apoyo en guitarras de Juanpa Giménez y en batería de Sergio Medina.
“Fantasma” y “El salto del hombre lobo” fueron los primeros bocados de esta travesía de temas de años atrás pero al mismo tiempo nuevos, por lo que la interpretación se reviste de toda la madurez musical que los músicos también han ido cosechando en el tiempo. Pero esa alegría de niños haciendo algo por primera vez seguía intacta.
“Nos pone felices por fin tocar estos temas en vivo, porque se comenzó a grabar en 2008″, explicaba el vocalista y guitarrista Gustavo Luque, poniendo en evidencia las ganas de tocar y de compartir, mientras, sus compañeros de camino, el bajista Jorge Melgarejo y el baterista Oswal González, lo miraban con atención, alternando sus miradas hacia el público, con un evidente semblante de satisfacción.
Mientras alguien en el público señalaba que por esa época “¡no había ni celular!”, la fiesta seguía con “Esa boca”, con invitados como la cantante Andrea Valobra, el saxofonista Javier Pistilli y el tecladista Ale Garcete. No solo las sonrisas chispeaban sino las voces, el saxo y los instrumentos, que parecían conversar todas estas historias contenidas en el tiempo. Andrea siguió en escena, con su particular carisma, para hacer “El secreto”, entre paseos por el escenario, jugando con cada músico, desafiándolos a contestar sus juegos vocales.
El público aplaudía y también se movía en sus asientos, muchos grabando ya con los celulares característicos de este presente. “No sé ustedes pero nosotros estamos contentísimos”, afirmó Luque, mientras se sacaba la gorra y aplacaba el calor con una toalla. Es que seguro allí arriba no solo la temperatura sino las emociones iban in crescendo.
Miguel Villar salió más tarde para la psicodélica “Nunca más”, y entre saltos por todo el escenario, se entregó por completo a la canción. El grupo viró hacia tonos más oscuros con “Kung Fu”, que también ofrecía contrastes desde la guitarra por momentos cristalina y por momentos distorsionada de Luque.
La conocidísima versión de Limón Sutil sobre “Che la reina” en clave rockera, que fue parte del disco homenaje del rock al folklore paraguayo en 2001, de parte de diferentes bandas, también sonó en la noche. La furia vocal femenina fue cumplida por todo lo alto gracias a Vivi Talavera. Este momento canalizó a la perfección la fuerza desgarradora de la polka paraguaya en amalgama con la energía visceral del rock.
“Uno de nuestros ídolos del rock”, mencionó más tarde Luque al invitar a Enrique “Pollo” Zayas para hacer “Agosto 1″. El cantante, en tanto, admitió que era él el privilegiado por ser fan “de la vieja guardia” de Limón Sutil. Esta admiración mutua y constante se reflejaba verdaderamente en cada colaboración. La felicidad era norma mientras la nostalgia sobrevolaba el auditorio.
En esa línea Gustavo invitó a “recordar el antes” volviendo a un tema de su disco debut a la hora de entregar “Ciclos”, que fue seguida por otra del álbum nuevo, “Esa canción”. Aquí apareció el linaje Vera, con el cantante Nico Vera y su padre, el tecladista Óscar Vera, y automáticamente la sala se tiñó de un espíritu groovero. Una especie de posesión recorría por los músicos, quienes totalmente volcados a sus instrumentos, ofrendaban luminosos pasajes. La voz tersa de Nico se fundía entre el arpegiado veloz de Gustavo, generando momentos de sincronicidad emocional, en tanto bajo y batería, no daban tregua como gran muralla sonora.
“X eso” antecedió a “Nuclear”, una canción que hizo alusión a su nombre y al momento, donde apareció Acho Laterza como invitado para ofrecer una intervención sorprendente, al verlo totalmente fuera del registro al que nos tiene acostumbrados. Es bueno ver a los artistas correrse de su zona de confort porque ocurren cosas así.
“Sr. Lluvia” era el tema anunciado luego, en tanto Gustavo expresaba que los tres estaban “llenos de amor” por los amigos que se hicieron presentes, por el público y por todos los que participaron del disco. La noche cerraría con un hit de Limón Sutil, “Naranja Party”, que contó con un sample donde escuchamos la voz de James Brown. Esta introducción marcó el final, aunque la gente no dejó que la noche termine enseguida.
“¡Otra, otra!” fue el grito unísono que no tardó en materializarse. Jorge se acercó a Gustavo y este expresó que debían deliberar. “Como siempre vamos a hacer un tema que Jorge no quiere”, dijo y todos rieron, sobre todo ellos, como esos niños pícaros de la foto de atrás. Así sonó “Love”, de John Lennon, que nos confirmaba que ese amor de esos niños era real y lo sigue siendo, porque su vínculo se puede sentir inalterable al paso del tiempo.