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Al ver el show de Alexandre Pires no es de sorprender que, días pasados, el ex vocalista Só Pra Contrariar haya expresado su admiración por Bruno Mars. Es que el brasileño le imprime a su show ese mismo estilo de armonías vocales y coreografías que Mars, los Jackson 5, The Temptations y otros han llevado al escenario en la historia del pop.
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Pero el artista brasileño lo hace con la música de su tierra, con el samba, el pagode, el axé y también la música sertaneja, escudado en el escenario por cuatro cantantes y bailarines que lo acompañan en este show de tres horas de duración. También lo acompaña una banda de ocho músicos que le imprimen una fuerza arrasadora a las canciones, con arreglos bien precisos y algunos solos de los instrumentos de viento.
A diferencia del show anterior, que tenía unos telones de fondo que iban cambiando a lo largo del show, esta vez el escenario estuvo recubierto con pantallas led y una imponente puesta de luces. También algunos efectos de hielo seco acompañaron la puesta, en la que Pires tuvo varios cambios de vestuario. Desde un sobrio saco azul, pasando por musculosas con lentejuelas y una remera de terciopelo. Los sombreros también fueron cambiando a lo largo del show.
El repertorio estuvo minado de grandes éxitos de la música brasileña, que mantuvieron al público bailando casi sin parar. “La Vem o Negão”, “Mal acostumado”, “Liberar Geral”, “Onda onda” y otros resonaron en la noche, así como una versión en portugués de “A Dios le pido”.
Pires también bajó la intensidad en algunos tramos para entregar algunas de sus canciones más románticas como “Primeiro amor”, “Usted se me llevó la vida”, “Necesidad”, “Ámame”, combinando el español y portugués. Tampoco faltaron “Essa tal liberdade” y “Después del placer”, en medio del éxtasis del público.
El cantante abrazó las banderas de Brasil, Paraguay y Argentina, en una noche que también trajo el carnaval a septiembre con temas como “Arerê”, “Mineirinho”, “Sai de Minha Aba”, “A barata”, entre otras. Además conversó con una chica que estaba celebrando su despedida de soltera y agradeció al público paraguayo por “el cariño de siempre”.
Dueño de una prodigiosa voz y de un gran carisma, Pires demostró que es un artista que celebra con orgullo las canciones de su tierra y que las enriquece tomando elementos del pop, el funk y el blues. No cualquiera puede sostener un show de tres horas, cantando, bailando, tocando la guitarra, y que el público pierda la noción del tiempo. Es realmente para quitarse el sombrero.
La apertura del concierto estuvo a cargo de la brasileña Ana Clara, artista invitada de Pires en esta mini-gira por Paraguay, que con su batucada ofreció un repertorio de samba. La cantante, dueña de una hermosa voz, agradeció constantemente al público por el respeto y cerró su presentación con un “aguyje”.