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Siendo exactamente las 20:42 se apagaron todas las luces y el telón descubrió una gran pantalla que abarcaba todo el fondo. Un mix de temas de la banda se escuchaba a lo lejos, entre efectos de humo y luces, como para tirar aún más nafta a la ansiedad que desbordaba al enfervorizado público.
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Al grito y al canto de “El sapukái” salió a escena la banda conformada por Dani Meza (voz), Luis Duarte (guitarra y voz), Rodrigo Pereira (teclado, acordeón y voz), Beto Barrios (batería) y Ariel Escurra (bajo y voz), con una emoción que se podía no solo visibilizar a través de sus sonrisas sino también sentir, porque su alegría era contagiante.
Al instante entregaron en seguidilla “Javy’a Paraguáipe” y “Chokokue kera yvoty”, mientras la gente se expresaba de todas las maneras posibles además de acompañar con el canto. No faltaban las clásicas palmas al compás, como un deseo de ser también parte de la musicalización de la banda. Los aplausos estaban esta vez llenos de luz por las pulseras entregadas en la entrada, que emanaban diferentes colores, mostrando que no solo Coldplay o Bad Bunny pueden generar estas fiestas lumínicas.
Tras “Paraguay”, Dani tomó el micrófono para saludar. “¡Buenas noches! ¿Mba’éichapa?”, exclamó para recibir como respuesta un grito conjunto y lleno de fuerza de la gente. Seguidamente agradeció la presencia de esta platea que llenaba las butacas del teatro y explicó que la ocasión era sumamente importante por ser el lanzamiento formal de “Ayvu”, su último disco. Subrayó también la “doble definición” del vocablo, que significa “palabra” y “alma”. Con este trabajo, añadió, tenían “ganas de gritar al mundo que acá estamos”.
Los valores de Tierra Adentro
Dueño de un carisma único y transparente, Dani pidió luego a todos que tengan en su mente una intención por la cual agradecer, poniendo así en resalto la importancia de la gratitud como valor. Así entregaron “Aguije”, tema que da título a su anterior disco, haciendo notar también la banda su impecable propuesta musical, algo en lo que fueron creciendo a lo largo del tiempo.
La romántica “Más que ayer” dio paso a “Jopara” con la presencia de los primeros invitados: Néstor López y Edu Martínez, con quienes dieron una interpretación llena de poder. Luego vino “La cigarra”, con Roberto “Chirola” Ruiz Díaz, mientras una luna bajaba en medio del escenario, para transportarnos a algún pasaje imaginario. La canción fue dedicada a los incansables soñadores, así como ellos y quizás mucha gente en la audiencia, y como una celebración a no claudicar en el camino que uno elige.
Al terminar cada canción la gente explotaba en aplausos y esto era solo el comienzo. Dani se miraba con sus compañeros y todos sonreían, como no pudiendo creer la sensación de felicidad.
El poder de los recuerdos
El telón se cerró pero Dani, Rodrigo en el acordeón y Ariel en la guitarra se posicionaron en la tarima debajo del escenario, bien cerca del público, dejando que todos nos imaginemos el momento en que esto estaba sucediendo, como un viaje mental y emocional.
Este segmento sirvió para homenajear a guaranias emblemáticas como “Mi dicha lejana”, “Regalo de amor” y “Despierta mi Angelina”. La voz de Dani inundaba el recinto, atravesando historias y corazones, mientras uno podía soñar que estaba un domingo en el patio de su casa, con los abuelos, o en un paisaje de tierra adentro tomando tereré, disfrutando de una tradicional comida con la familia, o ellos sintiendo que entregaban el espíritu de peñas antiguas.
El telón volvió a subir y nos mostró ahora a un paisaje natural con hojas, árboles, y en medio la Spirit and Sound Orchestra, dirigida por Sergio Cuquejo, en compañía del arpista Martín Portillo.
Evocando a momentos importantes y emblemáticos, Dani aprovechó para invitar al escenario a alguien a quien conocía de hace mucho tiempo. Señaló que ese mismo lugar era importante para ambos, porque allí forjaron sueños, muchos de ellos hoy realidad.
Así ingresó Andrea Valobra con su imponente voz para hacer “Recuerdo de Ypacaraí”. Qué significativo verlos compartiendo y creciendo, en un escenario que hace tantos años los tenía “compitiendo” en aquel reality de talento.
Los aplausos eran una constante así como también los gritos de la gente que celebraba este concierto que invitaba a celebrar los sueños cumplidos. Luego Dani llamó a su “comadre” al escenario. El turno de la voz profunda y versátil de Susana Zaldívar irrumpió con “Pájaro choguy” para seguir desatando emociones.
En seguidilla de invitados, entraron Pablo Benegas y Yeissi Conterno para hacer “Soy de mi tierra”, y luego Marcelo Rojas para deslumbrar en el arpa con “Pájaro campana”, sacando chispas al instrumento más representativo de Paraguay. Cabe resaltar que todos estos temas sonaron en guaraní, como parte de la cruzada de Tierra Adentro de poner en alto esta lengua y que sea inmortal.
Preservar el guaraní
Alguien que dijo “sí” a sumarse a esta misión de cantar en guaraní, como varios invitados internacionales que participaron en el álbum, fue la cubana Aymée Nuviola, quien también dijo que sí a estar presente en esta fiesta con todo su son. La artista ingresó a escena con un gran vestido floreado y su hermoso cabello afro engalanado con una vincha.
Ella aceptó como un desafío personal el cantar en guaraní cuando se lo propusieron, por lo que hizo “Hekovia techaga’u” junto a Tierra Adentro, en uno de los momentos más emotivos de la noche, demostrando que este idioma pudo unir no solo fronteras sino ideales y deseos, como el de no dejar morir una de las lenguas más antiguas.
“Me gustan los retos con propósito”, señaló Aymée, además de expresar su felicidad por visitar “el primer país libre de Sudamérica”, por lo que se sentía “orgullosa y agradecida”. Eso decía mientras en el público dos banderas cubanas se alzaban de manos de compatriotas suyos, emocionados y felices. “¡Patria y vida!” gritaba ella.
Aprovechando su visita, Nuviola tuvo un segmento muy íntimo para ella sola, que sirvió para conquistar de un tirón a toda la gente. Sentada a un piano rojo, cantó “Enfermedad de ti”, un tema del cubano Amaury Gutiérrez convertida al éxito por el colombiano Andrés Cepeda.
“Inolvidable” y “Pan para Yolanda” entregó más adelante y como dos sorpresas, emocionando no solo por su asombrosa capacidad vocal sino por la textura y profundidad de las emociones que podía llegar a encapsular en su canto, como la nostalgia, el sentido de lucha, el amor y la paz.
De este estado, con un público sumido en emotividad, Aymée y Tierra Adentro armaron juntos esa fiesta que caracterizó a toda la noche. El vallenato “La gota fría” levantó a todos de sus asientos y puso a la multitud a bailar y cantar, alzando las manos y disfrutando de esta unión. Con este tema se despidió Nuviola, sellando así el comienzo de una hermosa relación con Paraguay.
La verdadera fiesta patronal
Banderines y foquitos crearon el clima perfecto para este último tramo del show, donde Tierra Adentro arrasó con varios de sus “hits” en un final digno de fuegos artificiales. “Fiesta patronal” abrió esta parte, con este nuevo cuadro escenográfico que también demostró que la banda pensó en cada detalle para hacer viajar al público todo el tiempo.
Luego hicieron “Soy latino”, donde presentaron a otro invitado, al venezolano Carlos Escalona Cruz en teclados, alguien que según Meza confió en ellos, en el guaraní y en la misión de la banda como mensajeros de nuestro dulce idioma.
Más adelante “13 Tuyutí” y “Viajando voy” englobaron el espíritu del grupo, del compartir haciendo música e irradiar ese amor por nuestra idiosincrasia. El canto de Dani, que rozaba un rugir, emanaba esa emoción de poder celebrar a nuestras tradiciones a través de la música, con canciones de todos los tiempos y también las creaciones propias de la banda, que rápidamente supieron volverse parte del cancionero popular.
La gente no dejaría ir a la banda, por lo que tenían preparado un popurrí de música paraguaya, para sellar esta travesía emotiva y movilizante, que culminó con todo el teatro ovacionando de pie al grupo.
En un momento Dani insistió a todos en que “nunca desistan de llevar adelante esta patria”, justo en este momento tan sensible de cambios y donde debemos más que nunca ser fiscalizadores de los procesos.
“Con sudor yo voy pintando por el mundo mi raíz” dice “Soy latino”, por lo que es cierto que ahora debemos ser parte de esta misión que también lleva la banda, defender a nuestra sociedad y su identidad en todo momento así como bien ellos saben hacerlo, y que el sapukái nunca deje de escucharse por todo el mundo.
Solo una nota a corregir para una próxima ocasión, prever una entrada más ágil y puntual ya que cerca de las 20:00 (hora pactada para el inicio del show) todavía había una larga fila de gente no ingresando al teatro y tampoco sabiendo dónde ubicarse.