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Caminando en medio de un bosque con la brisa haciendo bailar a las hojas o atravesando una montaña cubierta de nieve. Tam blk recurrió a escenarios mentales llenos de placer y satisfacción para sentirse plena grabando su primer álbum “Utopía”, un trabajo en el que enfrenta a sus tristezas más profundas de la mano de la música y una gran comunidad de amigos.
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Este disco salió en septiembre bajo la guía y producción del músico Marcelo Soler, quien fue su mayor aliado para que estas canciones, que para ella significaban tanto, puedan salir a la luz sin que el proceso duela tanto. Los diez temas fueron compuestos en conjunto en plena pandemia. Además, cuenta con colaboraciones de los artistas Rodrigo Quintás, Chino Corvalán y Ariel Soler.
Pero ¿cómo llega Tam a esta obra que representa una parte de su vida? Tenía alrededor de 13 años cuando la gente empezó a preguntarle si estudiaba canto y a alentarle que lo haga por su potencial. “Cuando era chiquita no teníamos muchos recursos para que yo pueda tomar clases después de la escuela”, mencionó Tam, quien gracias al esfuerzo de su madre pudo empezar a estudiar con Consuelo Vera en la Escuela de Comedia Musical de Bettina Taborda, donde también se enamoró de otras disciplinas como la danza y el teatro.
La comedia musical fue su introducción al mundo del arte, tanto es así que junto a dos amigas se jugaron por sus sueños y audicionaron para obtener becas de la Fundación Julio Bocca. Lo consiguieron y estudiaron en Argentina. “Aprendí demasiado, tuve profesores geniales”, subrayó la artista sobre esta experiencia de la cual volvió con enseñanzas y extrañando a su familia.
Si bien era una enamorada de los musicales y de otros artistas, llegó un punto en que sus propios sentimientos la desbordaban y ella quería sus propias canciones. “Quería contar mi historia, qué me pasaba. Empecé a escribir, escribía en todos lados, salía de mis clases, en las plazas, en el subte, escribía hojas y hojas y hojas. Descubrí que podía escribir y no paré”, dijo.
Al volver desarrolló junto con sus amigos un lazo de creatividad. Las peñas se hacían interminables junto a sus amigas de Milk Shake, quienes en esos encuentros también empezaron a gestar sus primeros temas. Tam veía todo esto y creía que podía ser posible su identidad, pero también sabía que debía construirla paso a paso.
En ese camino conoció a Marcelo Soler, quien la invitó a experimentar en el estudio de grabación. Su aventura más grande empezó con ese voto de confianza que el productor y músico puso en ella al escucharla cantar. Con él hicieron sus primeros tres sencillos previos al disco, “Alive”, “Dolió” y “Goodbye”.
“Fue muy impresionante ese comienzo. Con Marce fue un flechazo y desde ahí no paramos. Fui forjando el camino y él me decía: ‘estos temas van a salir y te vas a tener que hacer cargo’. Y yo estaba ahí con 18 años, no sabiendo nada de la escena, pero con todas las ganas”, recordó.
Una terapia muy personal
A esa edad uno podría creer que no tiene muchos inconvenientes en la vida, pero cada persona es un mundo distinto y Tam sabía lo que era atravesar tormentas. “Mi terapeuta se fue de vacaciones”, contó riéndose al pensar en los antecedentes de “Utopía”.
“Había terminado una relación tóxica horrible y este fue el canal; yo opté por contarle al mundo lo que estaba pasando para sentir que puedo estar bien”, reconoció.
El proceso del álbum, entonces, fue como un campamento de sentimientos. “Con Marce nos encerramos a hacer canción tras canción, no importaba la hora, cocinábamos, hablamos muchísimo de las cosas que nos pasaron”, relató Tam sobre un proceso doloroso pero tan necesario como sanador.
Las lágrimas estuvieron presentes varias veces y ella logró resolver las grabaciones en una o dos tomas. “El tema ‘Oscuros días’ por ejemplo es una canción que habla del abandono de mi papá. Fue muy fuerte escribirla y cantar, pero pude transformar lo que sentía a una canción súper hermosa, ahí está todo eso que tenía atajado porque estaba estancada con mis sentimientos”, afirmó con mucha seguridad.
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Un disco para el mundo
“Cuando salió ya no fue mío, es de todo el mundo”, mencionó sobre el momento del lanzamiento y el atraverse a revelar cosas muy personales en las músicas. “Recibí mucho apoyo y cariño. Lo primero que pensé que me iban a preguntar fue ¿estás bien? Porque es música un poco triste”, admitió con una sonrisa.
Pero este camino que empezó con decisión, según reconoció, lo seguirá forjando “poquito a poquito”. “Algo que me dí cuenta en este proceso, porque pensé que todas las ideas podía ejecutarlas sola, es que no quería pedir ayuda y ahora le pido a todo el mundo. Hay todo un conjunto de otras personas que también están trabajando conmigo a mi lado, atrás, adelante, y da gusto poder compartir. Cuando me dicen que les gusta mi proyecto mis ojitos brillan”, profundizó.
Parte de esa contención emocional fue involucrar a otras personas que puedan aportar su visión, ya que antes de grabar hicieron mucha investigación musical sobre artistas de todos lados del mundo. “Fuimos tomando cosas de a poquito para poder construir la identidad que yo quería. Björk es una de las principales influencias, también la cantante Aurora o FKA Twigs u otros cantantes de Islandia con sonidos muy increíbles”, citó.
El debut
El debut de este proyecto fue justamente en un día clave para Tam, ya que fue seleccionada como artista emergente para formar parte de la grilla del Festival Sorora, el 15 de octubre.
“Ahí sentí el verdadero peso de cantar mi música, pero es como que todo el mundo utópico se quedó ahí en el escenario y se sintió demasiado bien. No iba a ser igual si trataba de hacerlo todo sola. Me sentí muy contenida con todo”, remarcó, ya que admitió que antes de subir a escena se enfrentó a los miedos propios de un debut.
Hoy en día ella vive dividiendo sus pensamientos entre abrazar el presente y vislumbrar de a poco el futuro de su carrera. Después de que salió el álbum le invadió la felicidad y eso solo le dio ganas de hacer muchas cosas más. “Quiero hacer como 40 discos ahora”, expresó con una sinceridad que es característica en su hablar.
“Igual no es fácil como suena, siempre me detengo a pensar y lo hablo con mi punto final que es mi mamá. Si logro poder estar de acuerdo con lo que ella opina y piensa entiendo el camino. Mi mamita es como mi Dios”, dijo con una sonrisa de oreja a oreja.
Para Tam blk ahora solo queda recibir al nuevo año y poder mostrar todo lo que guarda, pues ansía también hacer un lanzamiento oficial en vivo. Este presente la tiene sintiendo a la música dentro de ella con una fuerza inatajable.
“Siento que yo soy la música. No hay un punto de separación entre mi persona y esa parte. Eso que está en Spotify soy yo, yo ahora mismo. Me gusta mucho pintar, bailar, actuar, hay demasiado arte en mí”, cerró esta artista con un camino que recién empieza.