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El salón auditorio “Ruy Díaz de Guzmán” de la Manzana de la Rivera se encontraba lleno de público, cuando las luces se apagaron para iluminar solo a Yeissi Conterno, quien entró a encantar desde el inicio con una voz llena de brillo y cuerpo al son de “Árboles camuflados”.
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Acompañada de una banda impecable integrada por Dani Trébol (guitarra), Víctor Scura (piano), David Maidana (batería), Jonathan Piñero (trompeta), Iván Paredes (trombón) y Adans Lezcano (guitarra), la artista demostró todo su potencial.
Continuó con “Amanecer” y “Recuerdos”, dos emotivas baladas en las que se arrojó por completo a la interpretación, poniendo no solo su voz a las canciones sino toda la intención corporal necesaria para transmitir la vulnerabilidad, tristeza o angustia de las que nos hablan estas letras.
El camino del anhelado disco
En un momento la artista contó, con una picardía muy honesta, el proceso de este álbum. Dijo que el primer sencillo había salido al comenzar la cuarentena por eso no pudo presentarlo como quiso, pero que todo este tiempo le sirvió como espacio para la reflexión, como también para preparar el disco. “La música se volvió mi mejor amiga. Espero que con mis canciones pueda ayudar a otras personas”, mencionó con sinceridad.
Parte de ese proceso lo plasmó en “Quiero ser un ave”, cristalina canción que vino después en el repertorio y con el que ella destiló toda su dulzura. Esta versión se entrelazó con la melodía principal de “Pájaro Choguy”, haciendo un guiño a la polca paraguaya.
Más adelante llegó como invitado el cantante Dani Meza, con quien hicieron “Selva”, de Tierra Adentro, en una emotiva colaboración que se llevó aplausos cargados de felicidad.
De este estado de brío y alegría, Yeissi sumergió al público en una conmoción profunda con “Luna”, un tema que dedicó a su familia y a su ángel en el cielo, según expresó. La manera en la que cantó esta obra, claramente para alguien que hoy está en otro plano; con seguridad, sin vacilar y con emoción, demuestra que la música es su canal seguro de expresión y donde se siente contenida.
“Monotonía”, tema que da nombre al disco, siguió en un setlist marcado por la variedad de estilos que Yeissi maneja a sus anchas. “Hacia tu corazón” sonó seguidamente, para seguir enamorando al público que se veía absorto en estas letras que reflexionan también sobre el amor y las formas de vincularnos.
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Yendo a otro polo rítmico llegó después “Corre, corre”, sencillo de difusión lanzado en abril de este año. Un derroche de algarabía irradiaba Conterno entre la diversión que transmitía al cantar y sus sonrisas que podían denotar agradecimiento.
“Estrella fugaz”, una cumbia híper pegadiza que mutó en salsa, sonó hacia el final como una confirmación de que la artista es un pez en el agua entre diferentes estilos. Con ese tema se despediría, pero tenía una sorpresa preparada, ya que presentó una versión de “Como la flor”, popularizada por la famosa Selena Quintanilla.
Con este concierto Yeissi se constituye en una nueva voz pop para seguir de cerca y que, gratamente, suma sus canciones originales, sus propios pensamientos y su nombre propio a una escena musical dinámica y en crecimiento.