El féretro de Pablo Milanés en el salón Cervantes de Casa de América está flanqueado por una foto en blanco y negro del cantautor, su guitarra y numerosas coronas funerarias, adornadas mayormente con flores blancas.
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Entre ellas pueden distinguirse las encargadas por su familia, la compañía Sony Music, asociaciones de músicos y de autores de España, el partido político Podemos, el grupo Luar Na Lubre, el músico Joaquín Sabina y su esposa Jimena Coronado, y el cantante cubano-mexicano Francisco Céspedes.
La esposa del artista, la española Nancy Pérez, junto a hijos y nietos, se encuentran en una sala contigua.
A lo largo de la mañana hora local se espera que numerosas personalidades del mundo de la cultura y las artes, así como autoridades políticas, acudan la capilla a dar el pésame.
Pablo Milanés, fallecido el martes a los 79 años, fue uno de los mayores representantes de la corriente musical de la nueva trova cubana, caracterizada por canciones de hondo contenido lírico ligadas a la Revolución cubana que alcanzaron éxito en todo el mundo castellanoparlante.
Entre sus temas más memorables destacan tonadas como “El breve espacio en que no estás” y “Yolanda”.