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En la noche de este viernes, María Isabel se convirtió en la primera artista en presentarse en el auditorio del espacio cultural. No se trató de un acto oficial formal, sino más bien un encuentro entre familiares, amigos y algunos seguidores de la joven artista que se erige como una de las promesas de la música folclórica paraguaya.
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Tras un vídeo de introducción sobre la grabación de “Siempre cantar”, María Isabel salió al escenario con el acordeón en mano interpretando el tema que le da nombre a su segundo material discográfico, una polca con un aire pop.
En este mismo espíritu llegó “Si me miras”, otra de los temas inéditos de este álbum, esta vez con el bandoneón en mano. Con este instrumento se lució mucho más a lo largo del concierto, ya que problemas de sonido opacaron el destaque que merecía el acordeón.
La cantante Ale Portillo subió a escena para prestarle su voz a la polca “Rohejata che morena”, a dúo con María Isabel, quien también ejecutó el acordeón. El concierto siguió con “Rohecha jeyvo” y “Serenata che kambape”, esta última adentrándose más en el estilo del chamamé.
María Isabel cedió el protagonismo al violinista Esteban Giménez, quien con fuerza se plantó en el escenario para presentar “Alma y violín” de don Lorenzo Álvarez, conquistando los aplausos del público. La orquesta que acompañó con gran energía y mucha camaradería el concierto estuvo compuesta además por Juan Orihuela en guitarra y voces, Junior González en el bajo, Josué Dávalos en la batería, Abdul Abdala en percusión y Brian Halaburda en el piano.
La cantante retornó a escena con la chacarera “Entre a mi pago sin golpear”, para luego unirse en un chamamé a su primo Lucas Vera, quien ejecutó el acordeón, y ella el bandoneón.
Con la emoción a flor de piel, Maria Isabel dio pie a la polca canción “Te vas”; para luego retornar al chamamé con “Cantalicio vendió su acordeón”.
Hacia el final del concierto el repertorio estuvo conformado por clásicos como “Mercedita”, “Chokokue kéra yvoty” y la versión en español de “Lambada”, a la que le da un toque especial con el bandoneón. La artista manifestó su alegría por inaugurar el auditorio y pidió un aplauso “para los 400 ángeles de este lugar”.
El público se puso de pie con el carnavalito “El humahuaqueño”, mientras pedía a la artista una canción más. Como cierre resonó la enérgica polca “Lucerito Alba”, en medio de los aplausos de los presentes.
Si bien al principio María Isabel se mostró un tanto nerviosa, a lo largo de su presentación fue ganando confianza en escena. Es notable su habilidad con los fuelles y también el cuidado trabajo con su voz, por lo que con un poco más de seguridad en escena podría desplegar al máximo su gran potencial y talento musical.