"¡Ayudad a Ucrania!", ha reclamado el sexteto tras su actuación y antes de recoger el codiciado micrófono de cristal en el Pala Olímpico de Turín (Italia), en una edición que ya hizo historia al expulsar a Rusia del concurso hace meses por el inicio de la invasión a su territorio.
Dadas las circunstancias, fue una hazaña que cumplieran los plazos de una candidatura recibida de forma inesperada y que debieron preparar a distancia, refugiados en diferentes zonas, además de necesitar un permiso especial para abandonar su país, permiso que uno de los miembros no consiguió, por lo que hubo de ser sustituido.
En todo esto jugó un destacado papel la oportunidad de la canción, "Stefania", concebida como un sencillo homenaje a la madre del líder de Kalush Orchestra pero que, tras el inicio del conflicto y por esos toques de folk particulares mezclados con hip hop y electrónica, adquirió la naturaleza de canto a las progenitoras ausentes y, por extensión, a la madre patria.
UNA GALA MARCADA POR LA GUERRA.
La llamada a la paz ha estado presente en la final de Eurovisión 2022 desde su arranque a las 21 horas en la icónica Piazza San Carlo de Turín con una reinterpretación de "Give Peace A Chance" que John Lennon compuso hace medio siglo en contra de otra guerra, la de Vietnam.
Desde el Pala Olímpico ha retomado el micrófono para interpretar una selección de sus éxitos la aclamada cantante Laura Pausini, quien ha ejercido asimismo de chispeante copresentadora del espectáculo junto al también músico Mika y el "showman" Alessandro Cattalan.
Con el contagioso EDM "Lights off" de los checos We Are Domi ha arrancado el concurso, con una primera mitad mucho más dinámica y algunos de los principales aspirantes al triunfo, como el italiano Mahmood, quien tras su segundo puesto en 2019 volvía de la mano de la emotiva "Brividi" y su colega Blanco para escenificar un necesario tú a tú sentimental entre dos hombres.
Justo detrás ha llegado el huracán Chanel con abanico, fanfarria de trompeta y chaqueta torera diseñada por Palomo Spain para estirar el tópico de lo español, pero en una actuación explosiva, de sonido latino contemporáneo y diseñada por Kyle Hanagami, colaborador de figuras como Jennifer Lopez. Y así, con su "SloMo", su sonrisa y sus imposibles torsiones, la artista de origen cubano ha roto "caderas y corazones" en un recinto que ha vibrado con su actuación.
Apenas ha habido que esperar para Ucrania, favorita desde el origen en las apuestas por la ola de solidaridad europea tras la invasión rusa.
"Por favor, ayudad a Ucrania, a Mariúpol y a Azovstal", ha reclamado el líder de este sexteto al término de la misma, un mensaje para socorrer al grupo de soldados atrincherados en esa acería y que, por su naturaleza política, en principio está prohibido por las normas del festival.
REINO UNIDO SE DESTACA ENTRE BALADAS.
La segunda parte de la competición, más densa, ha estado monopolizada por las baladas, la tónica predominante de esta edición italiana del festival que se ha caracterizado también por su caótica organización (de la que ha dado prueba el gigantesco "sol cinético" del escenario que nunca llegó a funcionar como debía).
En ese terreno abonado para la apatía han destacado unos pocos países, entre ellos la griega Amanda Tenfjord con "Die Together" y la sueca Cornelia Jakobs con "Hold Me Closer", otra de las grandes candidatas al triunfo de partida con un tema de arranque intimista y progresión ascendente que ha capturado muchos adeptos.
Aunque si ha habido un beneficiado por la ausencia de temas ágiles y por su posición poco antes de las votaciones ha sido "Space man" del británico Sam Ryder. Sus agudos, su larga melena rubia y ojos azules, la carismática presencia de este ya famoso "tiktoker", así como una melodía y un riff de guitarra que pretende homenajear a Queen y Elton John han hecho el resto para el despegue.
En medio de la carrera por la victoria, el amado Eurovisión de las propuestas extravagantes ha proporcionado algunos nuevos personajes para la historia, como el rumano WRS y su estribillo en español "Hola, mi bebebé / Llámame, llámame") y, sobre todo, la Marina Abramovich serbia, Konstrakta, que se ha lavado literalmente las manos por la salud mental ante un séquito de curas.
UCRANIA, MÁXIMA FAVORITA DEL PÚBLICO.
Mientras el televoto ha empezado a gestar su magia, se ha podido disfrutar de un colorido popurrí de Mika y de dos excampeones italianos del festival: la emblemática Gigliola Cinquetti, que a sus 74 años ha interpretado "Non Ho L'Età" como en 1974, y Maneskin, triunfadores de 2021, que han presentado "Supermodel" con Damiano David renqueante por una lesión en el tobillo.
Las votaciones no han decepcionado, una vez más. Pronto ha quedado claro que España y Reino Unido estarían en la lucha por el título. De hecho, las puntuaciones de los jurados han dejado a Ryder en lo más alto con 283 puntos, seguido de Suecia (258), España (231) y Ucrania (192), bastante lejos de la cabeza.
El público, no obstante, ha cumplido lo esperado y se ha volcado con la situación de este país otorgándole la nota más alta del televoto, 439. Ya en la cabeza con 631 en total, nadie ha sido capaz de desbancarlo, imponiéndose en un "top 10" completado por Reino Unido (466), España (459), Suecia (438), Serbia (312), Italia (268), Moldavia (253), Grecia (215), Portugal (207) y Noruega (182).
Se trata de la tercera vez que Ucrania vence en Eurovisión desde su debut en 2003. Solo un año después se alzó con el triunfo por primera vez gracias a Ruslana y "Wild dances" y de nuevo en 2016 con Jamala y "1944", el cual violentó al Gobierno ruso al recuperar el episodio histórico de la deportación de las minorías tártaras de Crimea.