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Ante un público entusiasta y atento, que copó el teatro e inclusive siguió la transmisión en streaming desde la sala Branislava Susnik del CPJ, se desarrolló la última jornada de la edición 14 del Festival Mundial del Arpa. El encuentro abrió con la original Arpa de Agua, creada por el arquitecto y artista Fernando “Amberé” Feliciángeli, de la Orquesta H2O “Sonidos del Agua”. La arpista Alexandra Britos fue la encargada de ejecutar esta creación que busca concienciar acerca del cuidado de nuestros recursos hídricos.
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La agrupación, dirigida por Willian Aguayo y que contó con la participación de la cantante Andrea Valobra, deleitó al público con versiones de “Imagine” y “Galopera”, que fueron muy aplaudidas.
El conjunto Arpa Joven de Arpa Róga también se hizo presente en el escenario del festival, presentando una selección de obras con arreglos especiales para un quinteto de arpas. Kiara Benítez, Florencia Mura, Dahiana Rojas, Giovanna Bracho y Ulises Candia, acompañados por el percusionista Fabricio Soares y el guitarrista Jorge Bogarín interpretaron obras paraguayas como “Arpa Roga” y “Dulce Katherina”, de Kike Pedersen; “Arribeño resay”, de José A. Flores y Rigoberto F. Meza; y “Arpa paraguaya”, de Luis Bordón.
Una de las grandes sorpresas de la noche llegó de la mano de Matías Rojas, un joven arpista de 18 años que fue ovacionado de pie por el público. Luego de una majestuosa versión de “India”, muy emocionado dedicó “Nendivente” al maestro Rito Pedersen que se encontraba entre el público. Acompañado por su hermano Shemihaza Grobler en la guitarra, Paula Rodríguez en el contrabajo y Seba Ramírez en la percusión, Rojas presentó “La última nota”, una composición propia.
Cerrando su presentación ofreció una selección de Boeremusiek, un rítmico estilo de música sudafricana, mientras conquistaba a los presentes no solamente con su técnica interpretativa, sino con el carisma y la complicidad que tanto él y su hermano demostraron en escena. El pedido de bis fue complacido con “Musiqueada che ámape”, en medio del fervor del público.
La polca jahe’o también formó parte de la gala final con Mauricio Villasanti y su conjunto integrado por Beto Pizzurno en el acordeón, Victor Nino Benítez en guitarra y Osvaldo Peña en el bajo. La agrupación conquistó los aplausos del público con temas como “Tahachi remimbyasy” y “Malvita”, entre otros.
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Por primera vez, el maestro Nicolás Caballero se unió en escena al pianista Giovanni Primerano, con quien compartió un repertorio más enmarcado en el jazz, proponiendo un interesante diálogo entre el arpa paraguaya y el piano. “Jambalaya” marcó uno de los momentos más celebrados del encuentro, que culminó con la interpretación de la polca “Colorado”, tras una introducción en la que Caballero señaló “nosotros somos del partido de las cuerdas y de las teclas”, buscando despegar a la obra de su connotación política.
El arpista Marcelo Ojeda fue el encargado de cerrar el festival, con el estreno de “Monges Jeroky”, una obra compuesta por su abuelo Albino Quiñónez, en homenaje al futbolista Marcelino Monges. Acompañado por Alfredo Ojeda (guitarra), Rodrigo Viveros (bajo), Milciades Lovera (percusión) y Juan Ramón González (bandoneón), presentó además al dúo López-Silva, integrado por Yiyo López y Benito Silva. Este último deleitó al público con su fluidez con el idioma guaraní.
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Polcas como “Che lucero ñemimby”, “Ñasaindy poty” y “Ne ñaña panambi” formaron parte del repertorio del conjunto, cerrando el festival en medio de los aplausos del público, tras un bis con “Ndeve guarante che Rosa”.
Algo que destacar de esta edición, es la fluidez que le dio al evento la realización de entrevistas con los artistas durante la puesta a punto del escenario entre los cambios de artistas, que permitieron también conocer más a fondo el trabajo y la trayectoria de los participantes.