Las Hijas de la Alquimia: “La música es nuestra forma de vivir”

Agradecidas con la vida y con sus oportunidades es como se muestra el dúo Las Hijas de la Alquimia. Ellas son Ingrid y Stefanía, quienes vienen pregonando el amor, la justicia social y la igualdad de derechos con su lírica y su rap de la Triple Frontera.

Stefanía Ramos e Ingrid Fernández buscan expandir un mensaje de consciencia, respeto, libertad y amor.
Stefanía Ramos e Ingrid Fernández buscan expandir un mensaje de consciencia, respeto, libertad y amor.gentileza

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Se conocieron bailando hip hop en una academia de Ciudad del Este. Inmediatamente conectaron y empezaron a compartir. Cada una reconoció en la otra sus mismos gustos e ideales. La música les hizo desarrollar un vínculo movido por los mismos sueños y las mismas preocupaciones.

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“Había una necesidad de transmitir algo. Porque a veces cuesta expresar lo que uno siente. Entonces qué mejor que el arte para transmitir un mensaje y para utilizarlo como una herramienta de transformación social”, manifestó Ingrid Fernández, una mitad del dúo.

Justamente a su primer disco, lanzado en diciembre del año pasado, lo denominaron “Sanarte” pues hablan de vivencias personales y de cosas que pueden pasar a cualquiera en el día a día.

“Es importante transmitir lo que uno siente y piensa para así generar una identidad, que es lo que a cada uno lo hace en particular sea en el estilo que sea. Es importante mostrar eso que te hace único o única”, expresó a su vez Stefanía Ramos, argentina de nacimiento y artista circense, quien encontró el amor en Paraguay y al mismo tiempo se enamoró del Paraguay, donde decidió quedarse.

Ingrid enfatizó en la importancia de la conexión entre ambas y que sienten que “hay muchas cosas que son necesarias hablarlas, por más más que la gente no quiere escuchar, porque las verdades la gente a veces no quiere escuchar, pero es necesario hablar y tocar estos temas para actualizarlos y para que la gente tenga más conciencia sobre muchas cosas. Decimos que no vamos a llegar a muchísimo público pero con llegar a un porcentaje ya podemos generar un cambio”, subrayó.

Stefanía e Ingrid, hermanas en el arte.
Stefanía e Ingrid, hermanas en el arte.

Como ejemplo recordaron que una de sus canciones, llamada “Heroína”, está basada en la historia de una amiga que sufrió abusos por parte de su padrastro. “No sabíamos qué hacer, la mamá no nos escuchaba, acudimos a psicólogas de confianza del movimiento feminista Kuña Poty, queríamos asistir”, contó Estefanía, hasta que les llegó un pedido de que no se metan más y hubo hasta amenazas.

“Pero no nos iban a callar. Si yo quiero escribir y hacer una canción, sin dar nombres, lo vamos a hacer. Entonces ahí fue mi primera descarga y el poder hacer una canción”, relató la artista. Ingrid añadió que el tema llegó a la afectada, quien se sintió agradecida, conmovida y contenida.

La energía de la mujer

Desde ahí nacieron un montón de canciones más e incluso en febrero de este año lanzaron un nuevo trabajo, el EP “Ánga Mestiza”, como premio por haber sido seleccionadas en Música Okápe, proyecto promovido por el Centro Cultural de España Juan de Salazar.

Como parte de esta experiencia también tuvieron un curso de tres meses donde compartieron aprendizajes con especialistas de la industria musical de diferentes países. “Ellos nos motivaron con nuevas ideas”, confirmó Stefanía, además de explicar que eso las llevó a investigar y abrirse a otros géneros.

Ayudó mucho también, -añadieron-, la mirada de su productor Wildo Cáceres, de Presidente Franco. “Nos abrimos a una perspectiva muy diferente a lo que fue “Sanarte”, entonces dijimos: bueno, vamos a jugar un poquitito más”.

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“Nos quedamos súper conformes con este nuevo álbum y con esta capacitación que nos sirvió muchísimo. Estudiar algo en lo que uno quiere profesionalizarse es súper importante”, acotó Stefanía.

El dúo representa con orgullo a la Triple Frontera.
El dúo representa con orgullo a la Triple Frontera.

Todo ese conocimiento ellas llevan al plano de la fuerza que buscan transmitir a la gente en cada una de sus interpretaciones. Recordaron una anécdota llamativa, de cuando en un concierto “sorprendieron” a un sonidista. “Una vez nos dijeron: lo que menos pensé fue que iban a tener esa fuerza, porque parecían muy buenitas”, recordó entre risas Stefanía.

A lo que sumó que no es un enojo sino palabras de transformación. “Eso es lo que buscamos al hacer rap para despertar, que sea no solamente transmitiendo una furia sino acompañar con palabras que nos puedan ayudar a transformarnos y a mejorar; palabras de aliento, de acompañamiento emocional”, señaló.

Trabajo en comunidad

Pero otra fuerza que mueve al proyecto de Las Hijas de la Alquimia es el trabajo en equipo y la fuerza de la amistad. Una fuerza sin la cual no podrían concretar con facilidad muchos de sus sueños.

“Nuestros amigos nos ven motivadas y dicen que tenemos que hacer algo bueno porque somos pocos acá. Queremos también mostrar el talento que hay en Alto Paraná. Nosotras hacemos el guion de nuestros videos, como el del que salió hace poco, “Alza la mano”, y eso lo grabamos acá”, detalló Ingrid.

“Siempre somos sinceras, de repente económicamente nos cuesta bancar muchas cosas porque tiene su coste, tiene su laburo, entonces buscamos la manera en que suceda. No nos limitamos porque no tenemos esto o aquello. Vemos la manera de poder hacerlo, así salió el videoclip de “Salsurri”. Hay que aprovechar las oportunidades”, añadió la artista, recordando que fueron seleccionadas por Sorora Filma y tuvieron la oportunidad de grabar dicho material.

Adelantaron también que a fines de este mes sale el videoclip del tema “Moambue”, del primer álbum, en donde colabora el rapero Tekovete, oriundo de Ypané.

“Nos encantaría en algún momento poder vivir de esto y no solamente pensamos en nosotras, sino en los amigos que en algún momento nos ayudaron. Queremos retribuir ese trabajo que hicieron en algún momento y que podamos formar un equipo de trabajo, que sean parte de este proyecto así laboralmente”, planteó Estefanía.

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Recorrer con el rap

Gracias a su música ya tuvieron la oportunidad de presentarse en diferentes ciudades del país y eso es algo muy nutritivo para ellas por todas las conexiones y lazos que se van generando.

“Aprendemos mucho de todos. Yo aprendí muchas cosas al ir a Asunción del tema de composiciones de ideas, de no limitarme tanto, porque de repente uno se quiere limitar por el miedo o la inseguridad. Solté ese miedo y fluí y es maravilloso. Sentís que podés realmente hacer lo que te gusta y no importa lo que digan porque vos estás teniendo esa experiencia contigo mismo y estás pudiendo crecer y conocerte a vos mismo”, reflexionó la cantante.

Por su parte Stefanía expresó que aprenden no solo en lo artístico sino en cuanto a valores como el “agradecer que te reciban en otra ciudad, que te traten de esa forma y te agradezcan por lo que vos haces. Hay que agradecer esos momentos que nos tocan vivir en diferentes lugares y poder generar estos vínculos. Con el arte le tocas el corazón de otra forma a las personas”, dijo.

Mujeres en la música

Algo que ellas también buscaban, como mujeres artistas, era motivar a muchas mujeres a que puedan romper miedos e inseguridades. Stefanía, como artista circense, se dedica a los malabares, un arte “que se ve más en los hombres, y yo rompía con eso. Muchas mujeres venían y me decían: híjole, yo quiero aprender de vos”, recordó.

Portada del álbum "Sanarte".
Portada del álbum "Sanarte".

“Las mujeres tenemos este poder de estar en un escenario, de estar en lo que queramos, en el género que queramos, en la disciplina artística que queramos. Nada nos limita, solamente está acá (señaló su cabeza)”, manifestó, afirmando que todo se puede conseguir con mucho esfuerzo. “Es trayectoria, es perseverancia, pero es un camino que si a uno le gusta se puede ir superando”, indicó.

Al respecto de la música dijo que es necesario “mostrar, visibilizar este poder femenino”. En relación a ello planteó que “hoy en día la escena musical de las mujeres está creciendo y me gustaría que acá en Paraguay se tenga mucho más en cuenta eso. En Argentina se aprobó a través de la Cámara de Diputados y Senadores que tiene que haber un porcentaje de mujeres en el escenario en festivales, pero hoy en día hacen festivales en donde se encuentran tres mujeres de 30 a 40 artistas”, lamentó.

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“Existe talento, faltan oportunidades. Mujeres, tengan en cuenta estas palabras: es súper importante abrirle la puerta a mujeres que estamos batallando igual que todos. Queremos esa oportunidad de poder demostrar lo que hacemos, ustedes son parte de ese cambio”, argumentó.

El arte salvador

“A mí prácticamente la música me salvó, porque yo estaba en un cuadro de depresión muy profundo en mi vida por muchas cosas que me pasaron”, pensó Ingrid sobre su relación con el arte. Para ella transitar un camino con la música es una oportunidad para hablar de lo que siente y a través de ello sacar afuera todo.

Las Hijas de la Alquimia son la argentina Stefanía Ramos y la paraguaya Ingrid Fernández, de Ciudad del Este.
Las Hijas de la Alquimia son la argentina Stefanía Ramos y la paraguaya Ingrid Fernández, de Ciudad del Este.

“La música es un salvavidas, la música te puede sacar de un lugar donde vos podrías no haber salido y eso es maravilloso, porque hay veces en que uno se siente perdido. Yo creo que gracias la música yo sigo acá y voy a seguir haciendo esto”, confirmó.

Finalmente Stefanía coincidió con su compañera y amiga, de que el arte puede ayudarnos a encontrarnos a nosotros mismos. “Aparte de acompañarnos de esa forma individualmente nos abre las puertas para conocer a muchas otras personas, de generar otros vínculos. Entonces la música ya es una forma de vivir para nosotras, no hay vuelta atrás”.

Foto de portada: Karen Cano

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