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La música de Simón Bosio se muestra como él quiere que la escuchemos: honesta y sin estereotipos. Sus dos últimos lanzamientos: “AUF 7 AM” (2020) y “Auf 7 Pm” (2021) son un puñado de piezas instrumentales que se relacionan entre sí.
El concepto de lo que hace, según explicó, lo define como “modernamente vintage”. En el primer disco, que emergió de la cuarentena más estricta, él trató de simbolizar musicalmente “una rutina”. “Por una cuestión medio de juego dije: ¡qué lindo hacer una segunda parte! Y la idea de la segunda parte es algo que nunca había hecho con nada”, afirmó.
En relación a ello, explicó que este nuevo trabajo es una “parte distinta, como más evolucionada; porque en el primero estoy yo solo, y ahora hay más gente tocando, entonces había como un contraste entre lo que es la luz, el día y la parte que se hacía noche, como una contracara, pero son compatibles de alguna forma. Es un juego”, mencionó también pensando en las portadas de ambos álbumes.
“La tapa es un poco esa evolución. En la primera se ve como un bosque pero como muy confuso, lo otro ya es una ciudad, más evolucionado y también está la evolución de otra hora del día. Por otro lado esa cosa de lo vintage; siento que la polaroid o las cosas análogas hacen muchas referencias a cómo me gusta tratar a la música. De hecho el sonido del disco hace énfasis en tratar de emular, muy humildemente, el sonido más antiguo”, explicó.
“Voy siguiendo un impulso”, dijo, por otro lado, a la hora de pensar en cómo compone su música. Recordó que si bien es guitarrista, en plena pandemia estuvo estudiando otros instrumentos, como por ejemplo el piano. “Siempre saliendo de esa zona de confort por una necesidad creativa de autorrealización personal”, confirmó.
Al respecto de la música instrumental, mencionó que si bien antes formaba otras bandas, en estos años quizo ser honesto con lo que sentía y claramente con lo que no. “Hice música instrumental porque era algo que no había hecho y la forma del cómo lo hice me enganchó; empecé en la pandemia y en principio no estaba inspirado en un mensaje a nivel letra como para decir: ‘tengo algo que decir o algo que cantar’ y me pareció que era un momento que la música acompañaba a la gente en sus casas de otra forma, estando de fondo, entonces que sea instrumental permitía que no condicione ningún mensaje. Partió de ahí la idea, no fue tampoco pensado, surgió orgánicamente”, aclaró.
Por otro lado, contó que la pandemia le enseñó que uno puede ser “protagonista de su propio aislamiento”, lo que le dio muchas ideas a la hora de crear. “Me sirve esa desconexión sin importar la hora, ya no tengo más una hora (para crear), solo sé que me desconecto para estar en un ‘flow’ creativo lindo e interesante. Lo más importante para mí es eso, no solo la hora, sino lograr estar en esa suerte de trance creativo que me es mucho más importante que cualquier técnica”, sentenció.
Aleatorio vs. orden
Simón es también muy amante de los conceptos y de ir ligando músicas para que el disco, al final, represente un conjunto con sentido. En cuando a la música reproducida de forma aleatoria expresó que si bien no es su búsqueda es algo que no se puede negar que sucede ante “tanta oferta de música saliendo”. “Eso en sí es algo lindo de la tecnología, pero un poco nos perdemos en ese algoritmo del internet, sacás un disco y quizás a los tres días pasas a otro plano porque hay mucha oferta”, pensó.
Él prefiere que estos dos álbumes se escuchen de seguido. “Está buenísimo que no se pierda (esa forma de escuchar). A mí me pasaba que si el disco lo ponés en aleatorio se desarma completamente. Mi hermano tiene su Spotify en aleatorio y probablemente haya escuchado el primer tema con el último, pero está bueno que el artista explique cómo lo quiere mostrar, cómo se imagina que lo hizo porque es parte de él”, subrayó.
Música para el mundo
“Mucha de esta música es un poco lo que yo escucho”, observó sobre lo que plasma en sus temas y cómo funciona al compartir con gente su “forma de ver todo”. “Esto para mí nace como una cosa muy terapéutica mía, por eso quizás no tiene un desarrollo de una veta tan comercial”, planteó Bosio, quien afirmó que ansía llevar el proyecto al vivo.
“Ese feedback que se produce con la gente en vivo es muy lindo, más si es compartiendo tu música. Para mí siempre lo importante se trata ni de la frecuencia con la que haga música ni el formato en que lo haga, yo siempre trato hacer como pequeñas piezas creativas que el día de mañana pueda mirar con mucho orgullo personal y decir: ‘acá probé cosas nuevas, me animé a hacer algo distinto’, entonces siempre me muevo por esos estímulos. Si sigo haciendo cosas dentro de ese plano voy a ser feliz”, reafirmó.
Arte en las venas
“Yo crecí rodeado de alguna forma de música, de mucho arte; mi madre también era artista plástica, mi tío hacía producciones audiovisuales, entonces crecí en un entorno donde se fomentaba mucho el arte en sí y era cuestión de tiempo que yo me meta”, comentó Simón, cuyo padre también es músico: el bajista Zeta Bosio, de Soda Stereo.
De chico le gustaba mucho el cine y en ese sentido resaltó que hoy por hoy “la música está muy acompañada de lo visual, entonces hay una correlación muy interesante para explorar”.
“Me acuerdo que bajaba de la escalera de mi casa y hacíamos recitales con mis amigos para mis padres, tíos, entonces siempre me gustó mucho. Yo grababa en esa época con portaestudio de casetes, porque siempre me gustó compartir. No sé si hubo un click porque siempre me gustó, desde muy chiquito”, rememoró.
Simón tiene actualmente la alegría de compartir con su padre en la gira “Gracias Totales” en homenaje al grupo que conformó este junto a Gustavo Cerati y Charly Alberti. Al respecto, Simón habla de eso con mucho respeto y desde su lugar. “Para mí es algo muy lindo, es una experiencia de acompañar a mi papá en esto que es su historia, su película, su banda. Para él significa también muchísimo poder compartir con toda la gente que todavía está acá desde los principios. Entonces para mí poder hacer mi aporte es un privilegio enorme, un orgullo”, enfatizó.
“Yo me pongo en un lugar de mucho respeto porque estoy tocando la guitarra y no vengo a reemplazar a nadie ni a reescribir la historia. Esto para mí es como una especie de homenaje muy lindo y lo comparto desde el lado familiar. Va más allá de mis habilidades como músico. Con muchísimo amor pero también entendiendo y siendo consciente que es una cosa de la cual yo no fui parte entonces está hecho con mucho respeto”, aclaró.
Arte salvavidas
Ser artista, para Simón, “es una palabra muy pesada”. Él se considera “una persona que juega con las herramientas”. “Pero el arte en mi vida simboliza muchísimo, es una forma de comunicarme. Yo nunca fui muy bueno expresándome verbalmente entonces hacer a través de estas cosas es mucho más genuino y honesto al mensaje que tengo adentro mío, más espiritual. Para mí es una forma de sanar, de curarme, una terapia”.
“La música siempre va a ser algo que va a estar como una forma de comunicación para nosotros por siempre, pasen las civilizaciones que pasen. Entonces sin ponerme tan filosófico para mí fue algo que me salvó la vida en el buen sentido y me acompaña todos los días”, cerró.