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Pese a ser un evento con el logo de “Cultura segura”, con el que los organizadores se comprometen a cumplir todas las medidas sanitarias, la fiesta realizada en el Jockey Club pasó por alto todas las recomendaciones establecidas. En los accesos sobre la calle Cedro se registraron extensas filas con la gente aglomerada para entrar, como si de ganado entrando al corral se tratara.
Una vez adentro, prácticamente nadie se quedaba con el tapabocas puesto y el aforo del 50%, establecido en el decreto vigente no fue tal como se puede observar en las fotos compartidas por el mismo Farruko en su cuenta de Instagram.
La fiesta comenzó a las 20:30 con el set del DJ Amilkar, quien también tuvo a su cargo el cierre de la fiesta. Posteriormente, subió al escenario la agrupación local de cumbia Caja Blanda, para luego dar paso a Turque, Kundov y DJ Tao. Los argentinos Kaleb Di Masi y el DJ Alan Gómez tuvieron a su cargo la previa. El primero trajo una propuesta de RKT, un estilo surgido de la combinación de cumbia villera y reguetón; y el segundo encendió más al público echando mano de algunos éxitos pasados y actuales del reguetón.
Farruko apareció a la 1 de la madrugada, acompañado por su banda de músicos, y luciendo un pasamontañas y un conjunto con estampado tipo militar. En escena también estuvo acompañado por cuatro bailarinas y cuatro bailarines, presentando una propuesta musical variada y bastante orgánica, frente a lo que se acostumbra a ver en los shows de este estilo de música urbana.
Un guitarrista, que se destacó con un solo en “Calma”; un baterista, un DJ, un bajista y un cantante acompañaron a Farruko a lo largo del show, que contó con gráficas alusivas a su nuevo disco “LA 167″. Canciones como “La tóxica”, “Fantasías contigo”, “Nadie”, con el público bailando y cantando enérgicamente, resonaron en la madrugada del domingo.
Interacción constante
El cantante mantuvo una constante interacción con el público y demostró que cuenta con una voz que no requiere de “auto-tune”. A mitad del show, que duró aproximadamente 90 minutos, Farruko se cambió la camisa por una remera negra y comenzó un segmento un poco más lento con temas como “Baja Cali” y “Krispy Kush”, un tema realizado en colaboración con Bad Bunny, en alusión a la marihuana.
En un momento de conversación con el público, Farruko habló de sus decepciones y del cuidado que tiene a la hora de dejar ingresar gente a su vida. Añadió que lo importante es “ser de corazón, aunque te fallen mil veces”.
“No hay mejor bofetada sin mano, que perdonar a alguien”, acotó el artista. También subrayó que “lo mejor que puede tener un ser humano es ser agradecido”, para un poco después pedir un aplauso en homenaje a “los caídos que no pudieron pasarla” en esta pandemia.
Ya en el tramo final del concierto llegaron “6AM”, un éxito realizado en colaboración con J. Balvin; “Hola beba”, “Verbo flow”. El delirio total llegó con su gran éxito “Pepas”, que fusiona el reguetón con la música electrónica; para luego cerrar el show con “El incomprendido”, una canción rítmicamente basada en el “Play Hard” de David Guetta, mientras los fuegos artificiales se encendían en la madrugada asuncena y los bailarines portaban unas mangueras con luces de colores que lanzaban el humo generado por el hielo seco.
Ya entrada la madrugada, la fiesta siguió con el set de la DJ Cami Flecha.