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El disco “Hasta arriba”, que Kchiporros lanzó este agosto, abre con “La cima” y “Bebo de la vida”, dos temas producidos por Nico Cotton. También el año pasado colaboraron para una nueva versión de “Sabores de la yerba”. Se trata del productor, ingeniero de mezcla y compositor argentino tres veces nominado a los Latin Grammy y ganador de varios Premios Gardel incluyendo Gardel de Oro.
Colaboró con artistas diversos como WOS, Cazzu, Juan Ingaramo, Nicki Nicole, Conociendo Rusia, LOUTA, Zoe Gotusso, Bhavi, Daniela Spalla, Axel, El Kuelgue, Jimena Barón, Los Nocheros, Chita, MYA y artistas internacionales como Elsa y Elmar, y Princesa Alba.
Su carrera musical, que empezó mucho antes de que sea productor, sigue en ascenso, ya que es el encargado de la producción y composición de la música original para la serie “El Reino” de Netflix y también realizó la dirección musical, composición y producción de la música original de la serie “Días de Gallos”, que se estrenó este setiembre en HBO.
La música como juego
La música era una constante en la niñez de Nico, ya que su padre tenía una banda de rock e incluso él empezó a involucrarse con grupos donde dejaba volar su creatividad ya sea como compositor o intérprete. “El problema es que yo desde muy chiquito empecé a jugar con la música”, dijo entre risas en una conversación por Zoom, desde su estudio en Argentina.
Con el correr del tiempo empezó a estudiar y en un momento descubrió los programas para hacer música. “Así fui aprendiendo que además de tocar un instrumento podías grabar. El día que yo agarré un micrófono, grabé y escuché cómo sonaba ¡no podía creer! Ahí me terminé de enamorar de la grabación, de la música y de todo lo que conlleva hacer un proyecto”, explicó.
Como productor, afirmó que no se encasilla en un solo estilo porque le gusta “aprender de otros géneros, jugar y tener todo el tiempo ideas nuevas en la cabeza”. Ese componente “lúdico” de la creación en la música, según indicó, es lo que le mantiene con ganas de seguir trabajando.
Dar vida a las canciones
El “detrás de escena” y meterse en el estudio era algo que a él le hacía “flashear” en su adolescencia. Todo el proceso le resultaba mágico. “Esa es la palabra, magia, el poder microfonear algo y que suene distinto, procesarlo. De repente entendía cómo se hacían los discos”, observó acerca de su camino hacia hacerse productor.
En dicho sentido Cotton reflexionó también que el productor es también músico. “Uno puede quizás no haber tocado nunca en vivo o en alguna banda pero si sos productor algo de músico tenés. Quizás hay productores que no saben tocar ningún instrumento pero sin embargo pueden hacer música y eso me parece súper valioso”, resaltó.
Nico, quien empezó trabajando con artistas como Axel Fernando o Emanuel Ortega, recordó que dichos proyectos más pop o mainstream le encantaban y de ellos aprendió un montón, pero en un momento la vida le fue llevando por otros caminos.
“Conocí a artistas nuevos, emergentes, quizás más contemporáneos a mi edad y empecé a conectar mucho. Venía con ese equipaje de eso otro que es el mainstream, música más radial y empecé a tener relación con estos artistas. Uno de los primeros fue Juan Ingaramo. Nos juntamos y fue amor a primera vista. Ahí se me abrió esa puerta para trabajar con nuevos que hoy están ya en otra posición, con el tiempo son súper mainstream y ‘superstars’ y haber podido trabajar con ellos es como un sueño también”, reconoció.
En busca de la autenticidad
Sobre sus procesos de trabajo, Cotton explicó que si bien el hilo conductor es siempre el mismo, lo que intenta es “interpretar al artista y plasmar su visión en el producto final”.
“No es lo mismo producir una banda como Conociendo Rusia, donde hay músicos tocando y hay que captar cierta energía, que de repente un proyecto como el de Nicki que es más de la compu, el beat, entonces hay que interpretarla a ella desde otro lado, pero la premisa es siempre la misma: lograr la autenticidad del artista”, aseguró.
“Cuando produzco no estoy mirando el reloj”, aceptó también Nico, para quien unir mundos es también parte de su trabajo, al que todo el tiempo califica de “divertido”. “Por ejemplo cuando estaba produciendo el disco de Mateo (Cabildo y Juramento, de Conociendo Rusia) estaba haciendo otras cosas de otros estilos. Por ahí estás trabajando un tema de trap con súper graves, y pasas a una canción de Mateo que es súper banda, orgánico, e igualmente esa extensión de los graves me queda sonando, entonces sin querer o queriendo trato de lograr esa profundidad en otros estilos”, señaló.
Para él nunca es una buena decisión cambiar al artista porque cree que el artista de por sí ya marca una línea.
“Sí es cierto que un productor puede agarrar ese artista, encontrar ese diamante en bruto y pulirlo para que sea lo más lindo posible, pero agarrar un artista y cambiarlo diciéndole: ‘tenés que cantar así, decir esto’, no está bueno porque atenta contra lo verdadero. Hay artistas que no saben bien lo que quieren y hay que dejar que transiten ese camino; guiarlos en cierto modo como sin que se den cuenta. Ayudarlos a encontrar su lugar. Pero tiene que ser algo que realmente lo sientas. Si imponés quizás el artista no quiere o no le queda bien y termina siendo algo raro”, observó.
A la hora de pensar en la música que produce, argumentó que bajar toda la energía de las ideas es también algo mágico. “Sí es cierto que hay mucho producto prefabricado, entre comillas. Yo creo que eso se nota y la gente se da cuenta. Para mí lo que perdura en el tiempo es lo verdadero y lo que realmente sale del corazón”.
“Hace rato dejé de pensar en la palabra hit”, añadió en ese mismo planteamiento. Para Nico lo esencial es que “el artista conecte, que se emocione, que me emocione a mí también. Que nos pase algo en el cuerpo cuando escuchamos la canción. Después si es hit o no es, si tiene muchas reproducciones o pocas, en este momento de mi vida no me importa tanto”, manifestó, para luego pensar que esa afirmación quizás “atenta contra lo comercial” pero por suerte hoy “hay mucho público que puede elegir”. “Podés tener un tema en la radio, lo escucha muchísima gente, es un hit, pero lo que perdura en el tiempo va por otro lado, entonces trato de emocionar con la música, conectar con la gente”.
La visión del productor
“No hay límites”, afirmó Cotton sobre crear. El argentino apuntó que “uno puede con un micrófono, una buena compu y una placa de sonido hacer grandes cosas; podés emocionar”, insistió.
Obviamente, si uno quiere lograr cierta calidad “está bueno involucrar gente que te ayude como un ingeniero de mezcla, de grabación, productor; personas que te pueden ayudar a mejorar tu sonido”. En ese sentido confirmó que “hoy en día las herramientas son muy accesibles para todo el mundo a diferencia de hace 40 años donde sí o sí tenías que ir a un estudio a grabar”. Incluso, añadió, “tener pocas herramientas te hace ser más creativo porque la limitación te empuja y exige a tener más creatividad”.
A la hora de pensar en las características de un buen productor para él, pensó que ese caso se trataría de “esos productores que no te das cuenta que están ahí”. Mencionó a grandes nombres como Rick Rubin, quien produce a Adele, Red Hot Chili Peppers Ed Sheeran, “y nunca te enteras que lo hizo salvo que lo leas”, o también otro como Greg Kurstin, que trabajó con Foo Fighters o Paul McCartney.
“Me gusta que el artista sea la voz de decir el arte. Después sí, obviamente a nivel sonido tiene que tener carácter”, refirió.
El mundo audiovisual
Acerca de sus trabajos para Netflix y HBO, reconoció que fue un honor pues fueron sus primeras experiencias. “En el caso de “El Reino” fue muy especial porque fue la primera vez que hice música para audiovisual, y además de hacer la música de la apertura con Cazzu, hice toda la música instrumental. Fue muy divertido, de mucho aprendizaje y muy cansador, pero estoy recontento de que haya salido y que haya sido un éxito”, expresó.
Con mucha humildad, planteó que él es una persona muy autocrítica. “Soy un fracaso constante”, dijo riendo, para luego aceptar que una gran lección fue asumir que “el fracaso es parte del aprendizaje”. “Está bueno fracasar en el sentido de escuchar algo y no estar conforme, volver a hacer, rehacer hasta que diga ‘esto me gusta’. Convivo con esa idea de estar todo el tiempo fracasando y volviendo a aprender cómo hacerlo. También con la experiencia tiempo vas haciéndolo cada vez mejor”, insistió.
Conexión con Paraguay
“Me encantó hacerlo”, dijo sobre los dos últimos temas que trabajó con Kchiporros y que forman parte de su nuevo disco. El trabajo fue remoto pero también tuvo ese componente de diversión ya que, según afirmó Nico, le “encanta” lo que hacen los paraguayos.
“Tengo pendiente un viaje para allá, para conocer, para ‘hanguear’ con artistas, conocer la música pasando allá, me encantaría ir. Acepto recomendaciones, escríbanme, mándenme músicas, artistas emergentes, nuevos, todos, ya que estoy ahí tratando de aprender y escuchar cosas nuevas”, resaltó.
Finalmente, Cotton dijo que no hay ingrediente secreto más que la pasión. “Tiene que haber mucha pasión por esto porque es estar preparado para un camino largo, difícil, de sentarse muchas horas a trabajar y tener mucho recorrido. Si sos apasionado es meterle horas, aprender, escuchar mucha música que es donde más se aprende. Absorbiendo canciones, letras, sonidos, ahí está la data, en escuchar y tener la pasión para sentarse y trabajar”, cerró.