Una gala de celebración, folclore y reencuentro

La música folclórica paraguaya sonó a través del talento de artistas de diversas generaciones en la Gala Folclórica, que en la noche del sábado, anticipó el 33° aniversario del Centro Paraguayo Japonés. La noche tuvo un condimento muy especial: el reencuentro cara a cara con el público luego de casi un año y medio.

Jennifer Hicks y Miguel Narváez, integrantes del dúo Purahéi Soul, durante su aplaudida presentación en la gala.
Jennifer Hicks y Miguel Narváez, integrantes del dúo Purahéi Soul, durante su aplaudida presentación en la gala.Pedro Gonzalez

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“Nuestro hallo está por las nubes. No se imaginan las ganas que teníamos de volver a pisar los escenarios. Estamos con el corazón pereré”, exclamó la cantante Lizza Bogado, cuya espontaneidad fue uno de los puntos fuertes de este espectáculo, que contó con la dirección musical de Luis Álvarez.

La polca “Musiqueada che ámape” marcó el inicio de este espectáculo, con Luis y Juanchi Álvarez en el violín, Vicho Echeverría en el piano, y el Ballet Folklórico Municipal de Asunción aportando danza y color a la escena sumando el tapabocas a su atuendo. La orquesta estable de la noche estuvo integrada por el baterista Riolo Alvarenga, la bajista Paula Rodríguez, el guitarrista Víctor Hugo Echeverría y el bandoneonista Juan Ramón González, quienes acompañaron correctamente a cada uno de los invitados que transitaron por el escenario.

Ya sentado al piano, Luis Álvarez dio paso al requintista Roscer Díaz, quien presentó una animada selección de polcas, que fue muy aplaudida por el público. Con su potente voz, Andrea Valobra también se sumó al espectáculo para interpretar “Canto al Paraguay”.

Una original versión de “Un solo canto”, proponiendo un hermoso pasaje acústico entre la voz y el piano, interpretó Lizza Bogado, para luego dar paso a otra de sus composiciones, la polca “Paraguay, mi pasión”.

El “Pájaro campana” sobrevoló el escenario del Teatro Agustín Barrios en el arpa de Rolando Cristaldo y la danza de Irma Ávila. Jugando con su instrumento y buscando la complicidad del público, el músico le imprime su sello a la interpretación de las 36 cuerdas.

El tenor Francesco, que le puso su voz a “Galopera”, destacó que su reencuentro con el público local se dio después de 10 años, tras vivir casi una década en Estados Unidos. El cantante, dueño de una notable voz, estuvo acompañado en escena por un grupo de bailarinas con sus cántaros en la cabeza.

El dúo Purahéi Soul se unió a la gala para interpretar la emotiva “Desapego”, una canción con toques folclóricos y frases en guaraní, que en un par de meses ya logró instalarse en los corazones del público, lo que se vio reflejado en los aplausos y el canto de los presentes. El dúo, conformado por Jennifer Hicks y Miguel Narváez, también le dio su toque a la polca “Mi barquito de esquelita”.

Tributo a la guarania

La segunda parte de la gala estuvo dedicada a la guarania, la cual se inició con la interpretación de “Mis noches sin ti”, con la flautista Patricia Álvarez como solista. Andrea Valobra, quitándose los zapatos y el cinto del vestido, se acercó al piano para ponerle su voz a “Asunción”, en una propuesta intimista que fue in crescendo a lo largo de la obra, para luego sumar a todo el conjunto de músicos.

Luis Álvarez tomó nuevamente el violín para presentarse como solista en una versión de “Ka’aty”, mientras Lizza Bogado volvió a recibir los aplausos del público con su versión de “Mborayhu Asy”, que contó con una breve intervención del violinista Juanchi Álvarez.

En este segmento dedicado a la guarania también estuvo presente Ricardo Flecha para ponerle su voz a “Soy de la Chacarita” y “En cualquier primavera”, en cuya letra parecía reflejarse el sol que se esconde detrás del humo que invade a la ciudad en estos días; y “Paraguaýpe”.

Esta segunda parte de la gala, que contó con la conducción de Rubén Rodríguez y la producción de Marlene Sosa Lugo, también sirvió de homenaje al dúo Vocal Dos por sus 50 años de trayectoria. Los hermanos Necho y Carlos Pettengill interpretaron el poema sinfónico “Guyrau”, de José Asunción Flores, en una versión adaptada por Luis Álvarez; luego de bromear con respecto al inicio de la carrera del dúo. “Comenzamos a cantar a los un año y medio. Nos sacábamos los chupetes y ya hacíamos el dúo”, señaló Carlos. La dupla también puso su voz a “Mi patria soñada”, con la participación de Juanchi Álvarez en el violín.

A oscuras

Cuando todos los artistas se disponían a cantar “Ñemity”, dando cierre al segmento de la guarania, un repentino apagón dejó a oscuras al teatro. Afortunadamente, el corte de energía eléctrica fue breve y subsanado por la buena predisposición y energía de los artistas, que siguieron el espectáculo sin más inconvenientes.

El acordeonista Vicho Echeverría y la flautista Patricia Álvarez abrieron el tramo final del show con la polca “Ángela Rosa”, mientras Rolando Cristaldo puso en escena un diálogo entre su arpa y el piano a bordo del “Tren lechero”. El repertorio incluyó además a “Bravo Paraguay”, en la voz del tenor Francesco; y a “Ne porã che Paraguay”, que fue interpretada conjuntamente por todos los artistas presentes.

El cierre del espectáculo reunió a todos los artistas en el escenario.
El cierre del espectáculo reunió a todos los artistas en el escenario.

Como cierre de la noche y ya con el público de pie frente a sus butacas, los artistas interpretaron “Chokokue kéra yvoty” y “Tetãgua sapukai”.

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