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Grabado en solo cuatro meses, Siamese Dream (1993) es uno de los grandes frutos del grunge de los 90. Los Smashing Pumpkins ya se habían ganado a la crítica con Gish, su disco debut, y ahora Billy Corgan tomaba el control total, grabando él mismo las guitarras y los bajos y componiendo todo. Así, y con ayuda de Butch Vig (productor de Nevermind, de Nirvana), nació un clásico con hits como Today, Cherub Rock o Disarm.
Entrevistado mucho después, en ocasión del lanzamiento de Monuments to an Elegy (2014), Corgan vaticinaba ante la prensa un retroceso de la industria musical a la era del single, la década de 1950, porque, decía, «la gente ya no tiene paciencia ni para escuchar diez canciones». Subordinada al beneficio comercial de la tecnología, señaló entonces, en nuestra cultura la música se ha degradado a mera herramienta de márketing. Un par de años antes, en plena promoción de su álbum Oceania (2012), el frontman de Smashing Pumpkins, hablando de los Radiohead en una entrevista concedida a Antiquiet, declaró que se «meaba en tanta pomposidad» (por otra parte, reconocería en el 2015 a Radiohead como «la última banda que hizo algo nuevo con la guitarra», agregando que la música alternativa «no ha evolucionado en veinte años»).
William Patrick Corgan –como firmó, con la formalidad de su nombre completo, el álbum Ogilala (2017), al que siguió Shiny and Oh So Bright (2018), disco de Smashing que, junto a Corgan y al guitarrista Jeff Schroeder, reincorpora a los miembros de la formación original James Iha y Jimmy Chamberlin, y en el que brilla ese prodigio llamado Silvery Sometimes (Ghosts)–, disparó también por entonces contra las bandas legendarias que regresan «solo para hacerle otra visita a la caja registradora».
Mencionamos aleatoriamente algunas de sus cuantiosas declaraciones polémicas porque, paradójicamente, muchos suelen acusar a Billy Corgan –una de las voces más lúcidas de la escena musical de nuestra era, y uno de los pocos que realmente la entienden (aunque no parezca dispuesto a dejarse someter por sus exigencias, cosa muy diferente a no conocerlas y aún más diferente a no entenderlas)–, de haberse «quedado en el tiempo», de «no saber cómo funciona en la actualidad el negocio» (cuando «no basta con lanzar un buen álbum y esperar que se venda por sí solo, ya que hoy hay que promocionar los discos», etcétera, etcétera). En más de una ocasión le han preguntado por qué no sale más de gira o por qué no lanza todos los nuevos materiales con su nombre; Corgan es firme: Smashing Pumpkins, dice, para él es un «concepto» con su propia fuerza, una fuerza independiente de la industria e incluso de Corgan mismo, aunque él, Corgan, sea el único miembro original y el que hace actualmente todo el trabajo. Parafraseando a Pascal, el arte tiene sus razones, que los influencers ignoran.
La mala prensa que siempre rodea a Billy Corgan pintándolo como «criticón» y «negativo» es una reacción simplista inevitable en nuestro empobrecido contexto cultural e intelectual. En realidad, Corgan es con frecuencia generoso en sus comentarios. Después de la muerte del rapero Lil Peep (1996-2017) a los 21 años de edad, fue uno de los que supo interpretar lo que había desatado: «este conjunto de emociones en el under suburbano, este tipo de angustia de, ¿a dónde vamos?, ¿cuál es el sueño suburbano que se les prometió a todos nuestros padres? Estaba vacío», como dijo en el 2018 en entrevista con BUILD. Por otra parte, tener opiniones poco complacientes no te convierte necesariamente en un personaje odioso para todos los sectores del público (aunque sí para la mayoría); a algunos, lejos de generarnos rechazo, esa exposición abierta de las propias ideas nos puede parecer honesta y humana e inspirarnos simpatía –cómo olvidar, en este punto, el capítulo Homerpalooza de Los Simpson, donde Homero conoce al inteligente músico–. Además de ser un gran artista, Billy Corgan puede tener razón o equivocarse en sus ideas, pero siempre piensa y problematiza puntos fundamentales de la sociedad actual en sus relaciones con la cultura, la creación y la industria.
Corgan comunicó a comienzos de este mes de marzo que Smashing Pumpkins ha comenzado a grabar las 33 canciones de su próximo álbum, anunciado en octubre como «una especie de ópera rock». Para algunos de nosotros, es una gran noticia, ocupe o no las primeras planas de la prensa especializada, se viralice o no en las redes sociales. Billy Corgan nació en el pueblo de Elk Grove, Illinois, el 17 de marzo de 1967, hace hoy exactamente 54 años. Subimos el volumen y alzamos nuestras latas y manijas para brindar a la salud de uno de los músicos más interesantes de nuestra época y de un hombre que nunca ha tenido miedo de decir lo que piensa.