Ese fue el caso de Amy Winehouse, Michael Jackson o Whitney Houston, fallecidos prematuramente a causa del exceso de sustancias tóxicas, algo más común entre los músicos que tienen una carrera en solitario que en los que integran bandas, según este estudio.
Un equipo de la universidad inglesa de Liverpool examinó el caso de 1.489 estrellas del pop y del rock estadounidenses y europeas que se hicieron famosas entre 1956 y 2006, de las cuales 137 murieron de forma prematura hasta el 20 de febrero de este año.
Entre los estudiados, además de los mencionados, Jimi Hendrix, Elvis Presley o el rapero 2Pac, así como los miembros de bandas Kurt Cobain, de Nirvana; Sid Vicious, de Sex Pistols, o Stuart Cable, de Stereophonics.
Los expertos descubrieron que los solistas de EE.UU. tienen un 22,8% más de riesgo de morir prematuramente comparado con un 10,2% de peligro para miembros de grupos.
En el caso de músicos europeos, los solistas tenían un 9,8% más de riesgo que los miembros de bandas de rock o pop, con un 5,4%.
Los expertos advierten que hacen falta más estudios que determinen si el apoyo de un grupo puede tener un efecto protector que minimice la toma de riesgos, como por ejemplo el consumo excesivo de drogas o alcohol.
Los investigadores también analizaron si ese abuso de sustancias perjudiciales que lleva a la autodestrucción está relacionado con experiencias de la infancia.
En ese sentido, hallaron que casi la mitad de los que murieron como resultado del alcohol, la droga o la violencia tuvieron al menos una experiencia infantil adversa, frente a uno de cada cuatro que murieron por otras causas.
Los autores señalan que esas experiencias infantiles pueden predisponer a una serie de comportamientos nocivos que la fama y la riqueza facilitan, “al ofrecer más oportunidades para la toma de riesgos”.