Klein presentó su nuevo libro “Decir no, no basta” (Paidós), que escribió en apenas unos meses, tras imponerse Trump a Hillary Clinton, a diferencia de otros ensayos suyos como “No logo”, considerado como la biblia del movimiento antiglobalización y que le llevó años.
La tesis que defiende en la obra, con un título que surgió después de una conversación con el primer ministro griego, Alexis Tsipras, es que la ciudadanía “debería darse cuenta de las condiciones económicas que existen y que dominan el mundo, que conducen a situaciones de poder abusivas, tomando a los más débiles como cabezas de turco”.
En su opinión, el actual presidente de Estados Unidos “es el síntoma de la crisis, una advertencia para todas las sociedades, donde se ha bajado el listón ante comportamientos inaceptables” , desde “la supremacía blanca al acoso sexual”.
Justo cuando se cumple un año de la elección de Trump, que ha calificado de “golpe de estado de las corporaciones”, la escritora se ha preguntado si “hemos hecho lo suficiente para parar a estas gentes, que continúan aplicando políticas brutales de austeridad, con la extrema derecha aumentando en muchos países y sin que tengamos clara qué alternativa queremos”.
Para Klein, en este último año “Trump no ha hecho nada de lo que decía durante la campaña electoral, cuando afirmaba que como era rico no necesitaba el dinero de las grandes multinacionales y que se enfrentaría a Goldman Sachs o defendería a los trabajadores. Pero no ha hecho nada de eso, sino transferir el dinero de la mayoría para los más ricos”.
“Y lo que más me ha sorprendido durante este tiempo -continuó- es que los medios de comunicación siguen el guión escrito por él, pareciendo que se han vuelto adictos al culebrón de sus tuits diarios, sus enfados, como si estuviéramos en un show de telerrealidad”.
Sin embargo, Europa tampoco sale bien parada pues consideró que sigue aplicando “una agenda de austeridad acelerada ” y que sus líderes, al lado “de la caricatura máxima que es Trump parecen mejores, pero Macron en Francia lleva a cabo unas políticas parecidas, aplicando reducciones fiscales para los más ricos y eliminando el subsidio de la vivienda para los más necesitados ” .
El mandatario galo “se presenta como una alternativa, pero gobierna para los ricos”, en opinión de la escritora canadiense.
Además, mantuvo que es “horroroso” que Trump hable de construir un muro con México, pero “Europa también deja que se ahoguen millares de refugiados en sus costas, o se alía con gobiernos represivos para que recojan a estas personas en sus barcos y las dejen en campos”.“Esto es mucho peor que lo que Trump ha hecho, no creo que Europa pueda sentirse superior”, agregó Naomi Klein.
Ante este paisaje, la intelectual de Quebec propone que se deje de lado el discurso “defensivo del no” y que se apueste por iniciativas como las que han llevado al estadounidense Bernie Sanders a impulsar una iniciativa legislativa en el Congreso de EE.UU. para que no se revoquen las leyes de sanidad impulsadas por Barack Obama y “la sanidad sea universal”.
Otro ejemplo que se debería seguir es el de “jóvenes de Estados Unidos, hijos de emigrantes, que se han unido para luchar por el estatus de toda la comunidad y que no se considere a unos mejores que a otros”.
Además, advirtió de que “el cambio climático ya está aquí, la temperatura en la Tierra ya ha aumentado y los gobiernos están introduciendo otras medidas que pueden incrementarla hasta cuarto grados”. Aunque hay líderes políticos que no niegan el cambio climático, ¿adónde nos va a llevar que apliquen políticas en este ámbito demasiado débiles?”, se preguntó.
En un momento para la “autorreflexión y la autocrítica”, Klein indicó que con la resistencia no basta y abogó por “creer en la posibilidad de enfrentarse a fuerzas superiores y de que los cambios sean como un goteo para llegar a las instancias superiores”.