Con 75 años, 15 novelas a sus espaldas y el Premio Cervantes 2016, al socarrón escritor barcelonés le surgió la necesidad de dejar por escrito sus vivencias pero no en unas memorias al uso porque “me aburriría a mí mismo”, sino en una trilogía que abordará la segunda mitad del siglo XX a través de un novel periodista.
“No son unas memorias disfrazadas, son una novela. Pero sí es verdad que parten de la misma idea que podrían haber dado lugar a unas memorias, (...) ir dejando constancia de lo que he vivido”, explicó Mendoza en una rueda de prensa en Barcelona.
Para ello se sirve de Rufo Batalla, un joven periodista que recibe como primer encargo cubrir la boda de un príncipe en el exilio con quien trabará amistad y que le encargará escribir la crónica de su vida.
Esto le servirá al plumilla, como lo describe el mismo autor, para viajar de la decadente Barcelona de finales del franquismo a la inmensa Nueva York, donde vivió Mendoza en los 1970.
Aunque “no es un alter ego”, el protagonista le permite a Mendoza explicar cómo vivió los hitos de esa época: la decadencia final de la dictadura de Francisco Franco en España, la aparición del movimiento gay o el feminismo, la guerra de Vietnam o el escándalo Watergate, que entonces le pareció “una tontería”.
“Un tiempo de cambio, dos ciudades que están cambiando también, la inconfundible voz de Eduardo Mendoza y su mirada irónica hacia la sociedad son el marco de este libro”, señaló su editora Elena Ramírez, de la casa Seix Barral. La trilogía se extenderá cronológicamente hasta alrededor del año 2000: “Hay que pararse cuando el pasado deja de ser pasado y es anteayer”, afirmó Mendoza, autor además de “La verdad sobre el caso Savolta” o “Sin noticias de Gurb”.
Candidato recurrente en las quinielas del Nobel, Mendoza revela además que ya está escribiendo la segunda parte porque “a cierta edad tienes que ir deprisa”.