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Este martes se recuerda el aniversario 106 del nacimiento de Augusto Roa Bastos, la figura más laureada de la literatura paraguaya, un ícono tanto de las artes nacionales como de la resistencia a la dictadura.
Roa Bastos nació el 13 de junio de 1917 en Asunción e inició su carrera en las letras colaborando con el diario El País en su adolescencia.
Roa Bastos se enlistó en el Ejército paraguayo para participar de la Guerra del Chaco en 1934, cuando tenía 17 años de edad, pero no participó en combates, siendo designado como aguatero y auxiliar de enfermería. Sin embargo, su experiencia en el Chaco marcó gran parte de su desarrollo artístico y está plasmada en algunas de sus más grandes obras.
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A mediados de la década de 1940, Roa Bastos se unió al grupo poético Vy’a Raity, con otras destacadas figuras de las artes paraguayas como Josefina Plá y Hérib Campos Cervera.
Acusado de comunista en el marco de la revolución de 1947, Roa Bastos se exilió por primera vez a Argentina, donde en 1953 lanzó su primera recopilación de cuentos El trueno entre las hojas, y posteriormente entraría al mundo del cine como guionista, trabajando en 12 largometrajes.
En 1960, Roa Bastos publicó su emblemática novela Hijo de hombre, una serie de relatos que abarcan décadas en el interior paraguayo y durante la Guerra del Chaco. A esa novela seguirían otras recopilaciones de cuentos como El baldío, Los pies sobre el agua, Madera quemada y Moriencia.
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En 1974 llegaría la que es considerada su obra cumbre, la novela Yo, el Supremo, una atrapante reflexión sobre el poder, centrada en la figura del dictador paraguayo José Gaspar Rodríguez de Francia, quien gobernó Paraguay entre 1814 y 1840.
En 1976, un golpe de Estado en Argentina puso a Roa Bastos de nuevo en exilio, y el escritor emigró a Francia. Regresaría a Paraguay en 1982 para registrar a su hijo como ciudadano paraguayo, pero fue detenido y deportado por el régimen del dictador Alfredo Stroessner.
En 1989, año en que Roa Bastos fue galardonado con el Premio Cervantes de Literatura en España, Roa Bastos pudo regresar a Paraguay tras el derrocamiento de Stroessner.
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Durante la década de 1990 adaptó Yo, el Supremo al teatro y publicó las novelas Vigilia del almirante, El fiscal, Contravida y Madama Sui.
Augusto Roa Bastos falleció el 26 de abril de 2005 a causa de un infarto, cuando se hallaba hospitalizado por una caída sufrida en su domicilio.