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Es que en esta obra editara por Servilibro él relata, tras una extensa investigación, todo lo acontecido con relación a la muerte del cadete Alberto Anastasio Benítez, el 8 de diciembre de 1962, y la acusación contra el capitán Napoleón Ortigoza.
En aquel entonces el caso había sido caratulado como un suicidio, pero tiempo después levantó sospechas sobre la forma del deceso, ya que, realmente “su muerte se había producido en las mazmorras del Departamento de Investigaciones y sería utilizada para reprimir una supuesta conspiración político-militar contra el gobierno de Alfredo Stroessner”, afirma Alberto Vaersini Closa en el prólogo.
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Escribir el dolor
Durante el acto, realizado en el Teatro de las Américas del CCPA y ante una numerosa concurrencia, Boccia recordó que entre finales de 1982 y enero de 1983, Felino Amarilla y otros jóvenes liberales se convirtieron en presos políticos. En la actual agrupación especializada les tocó ser “vecinos de celda” de Napoleón Ortigoza y Escolástico Ovando. “La presencia de ellos nos conmocionó tanto que cuando salimos nos propusimos hacer algo con nuestra libertad, algo que ellos no tenían hace un cuarto de siglo”, expresó.
Boccia sintió la necesidad de recapitular todo el caso con todo lo que fue encontrando, pero su investigación se encontró con “una dificultad bastante apetecible”, según calificó a la obtención de datos.
“Cuando uno se pone a ver qué se ha escrito sobre Ortigoza encuentra varios libros, testimonios, pero en realidad no había nada escrito que relatara todo el caso, entonces lo apasionante de la investigación fue juntar los datos de ese rompecabezas con fotos viejas, investigaciones en la hemeroteca, en el archivo del horror, entrevistas con la gente que había participado en los radioteatros de aquellas épocas”, explicó.
No obstante, él necesitaba que alguien le “diera una luz”. Es ahí cuando entra en la ecuación Alberto Varesini Crosa, abogado defensor de los acusados. Gracias a su familia pudo contactarlo, línea baja mediante, en el momento más duro del encierro por la pandemia.
“Le llamé y se puso a disposición, pero en plena pandemia no pudimos encontrarnos, entonces mi contacto con él fue por escrito. Me iba hasta su casa y le dejaba un formulario con preguntas. Le dejé las primeras preguntas con pocas esperanzas de recibir respuestas”, narró Boccia para luego contar que al recibir una carta con las respuestas, recibió también sendos libros que lo ayudaron a profundizar su investigación.
Tras los pasos de la justicia
Por su parte, Felino Amarilla empezó diciendo que “una frase que no aprendemos como paraguayos es que los pueblos que no conocen su historia están obligados a repetirla”.
“El libro de Alfredo nos relata 35 años de historia en 200 y algo de páginas”, refirió, para después añadir que la obra se caracteriza por un relato “crudo” y sumamente bien documentado, pero que también es “una historia triste, de tortura, de infamia, de persecución y sobre todo una historia de miedo y silencio en la sociedad”. “Destruían familias sin importar clase social, ideologías ni parentescos”, expresó sobre el gobierno del régimen estronista.
Durante su alocución se preguntó con ironía: “¿Qué es lo que influyó y permitió que Paraguay tenga 35 años de paz y progreso en un país que votaba cada 5 años y las mayorías eran absolutas y donde nosotros éramos “felices” y no lo sabíamos? ¿Cuál era el elemento que permitía que los presos lo estén? ¿Qué nos faltó para que la tortura no sea una práctica habitual y que la prisión no sea una forma de vida? Faltó justicia”, remarcó.
En el acto también se hizo presente Varesini Closa quien desde su asiento y tras el aplauso de la gente, bromeó emocionado que le “encantó” el libro porque lo pone como “el bueno de la película en medio de todo”.
Pero luego de las risas reafirmó, con seriedad, que el nuevo libro de Alfredo “está basado exclusivamente en los hechos tal como ocurrieron”. “El lector seguramente se va a dar cuenta porque hasta los mínimos detalles están referidos a lo que pasó en el juicio”, porque Boccia pone al servicio de la gente “lo que consta en las actas de un proceso que, de más está decir, fue una payasada, una farsa”.
“Agradezco a Felino y a Alfredo por lo que hicieron con esta presentación y la redacción de esta hermosa obra”, mencionó, para luego recordar “a los que ya no están”, como Ortigoza, Ovando, Benítez, “Rambo” Saguier, “tanta gente que sufrió por culpa de esta desgraciada situación en que mataron al cadete Benítez”, dijo, y finalmente pidió que descansen en paz.