"La quema de Judas", una gran novela nacional

El próximo domingo aparecerá el segundo volumen de la Biblioteca Popular de Autores Paraguayos, editado por El Lector y distribuido por ABC Color. Se trata de "La quema de Judas", la primera novela escrita por Mario Halley Mora y una de las mejores de su larga y proficua producción literaria.

Cargando...

Esta obra ganó el más prestigioso de los concursos de literatura de entonces, el del diario La Tribuna, en 1964, y su primera edición en libro data de 1965.

Es una historia simple, pero que gana una tremenda fuerza dramática a través de la descripción sicológica de sus personajes, comenzando por el protagonista, el empleado bancario Jorge Servián, un ser esquizoide, abrumado por su innata propensión a la actitud traidora.
La imagen de Judas, el bíblico entregador de Jesús, le persigue constantemente y se convierte en una comparación recurrente cuando se pone a analizar las situaciones en las cuales él, Jorge Servián, se sintió culpable de un acto de felonía contra un prójimo. A tanto llegaba su identificación con el personaje que le puso su propio rostro al monigote que sería utilizado en el popular "Judas kái" parroquial en una celebración popular.

El final de la obra es totalmente inesperado y cierra el texto con un tremendo dramatismo signado por la tragedia.


RECUERDOS DE HALLEY

Halley Mora falleció en enero del 2003, a los 77 años de edad, legando a las letras paraguayas más de 50 obras teatrales estrenadas y 26 libros, entre teatro, ensayos y narrativa.

En febrero del 2000 Jesús Ruiz Nestosa entrevistó a Halley Mora, específicamente respecto a su novela "Cita en el San Roque". Sin embargo, la conversación se extendió a otros aspectos de la vida y el pensamiento del escritor, en una nota periodística reveladora de sus particularidades como creador de ficción.

En aquella ocasión, Halley Mora recordó con efusividad a quien consideró su mejor amigo, el actor Ernesto Báez.

La primera obra teatral escrita por Halley Mora fue "En busca de María", en 1951. Y surgió a raíz, justamente, de un reto que le lanzó Ernesto. Este se enojó con aquel, quien entonces hacía crítica literaria en el diario El Paraguayo. Halley Mora juzgó de "muy pesada" una obra de Manuel Frutos Pane representada por la compañía de Báez, y el actor le desafió a que escribiera su propia pieza teatral.
Así surgió "En busca de María" y así nació un nuevo dramaturgo que fue saludado efusivamente por los críticos.

Halley Mora siguió recordando a Ernesto en su entrevista con Ruiz Nestosa: "Con Ernesto Báez tenemos una historia muy curiosa. Resulta que mi mamá y su mamá eran vecinas. Cuando yo nací, fui el séptimo hijo, y mi mamá ya no tenía más leche para darme de mamar. Y acababa de nacer, para la mamá de Ernesto, su hermana Carmencita. Entonces, doña Hermelinda, que así se llamaba la madre de Ernesto, me amamantó a mí. Tanto es así que Ernesto solía decir, excluyendo lo erótico del caso, que éramos hermanos de leche".


"MENTIROSO PROFESIONAL Y COMPULSIVO"

Apenas comenzada aquella entrevista con Jesús Ruiz Nestosa, en febrero del 2000, Mario Halley Mora encaró el tema del escritor refiriéndose, para ello, a un artículo del escritor peruano Mario Vargas Llosa.
- Vargas Llosa -dijo- afirma que el escritor es un mentiroso profesional y compulsivo. En mi novela (se refería a "Cita en el San Roque") se acumulan mentiras, tres mentiras: la del autor, que soy yo; la del protagonista masculino, que narra su historia desde su punto de vista, y la protagonista que narra la misma historia, pero desde su punto de vista. Entonces doy cumplimiento en forma triple a lo que dice el maestro: que toda obra de ficción es un enorme invento, donde incluso el narrador se inventa como Dios y maneja los personajes. Entonces yo creé los personajes para que se desenvuelvan dentro de una historia, creándole al lector el dilema de creer al autor, al hombre o a la mujer.
En otro punto de la entrevista, Ruiz Nestosa le preguntó desde cuándo escribía. La respuesta fue llamativa: "Escribo desde que empecé a escribir. En la escuela primaria era el preferido en cuanto a castellano, lenguaje, y el réprobo en matemáticas y geometría". Profesionalmente comenzó a escribir para el teatro, en 1951.

En cuanto a sus maestros en la literatura, Halley Mora recordó a los clásicos españoles, "lo que no indica, como mi hermano Gerardo, que me haya preocupado excesivamente por la pureza del idioma. Más bien me preocupé por la simplicidad y la sencillez". Destacó, asimismo, que "siempre me dije que a mí me tienen que leer sin diccionario. Y así escribí siempre. Mi trabajo tiene el sello de lo espontáneo, de la observación y la experiencia directa. Y no me considero en absoluto un erudito en nada".
Mario Halley Mora concluyó, asimismo, en que "me siento satisfecho en la medida que llegué adonde llegué contra -muchas veces- juicios críticos muy importantes y contra mi propia limitación en el manejo de la técnica".
Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...