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Pese al escenario donde escribió sus textos, Benítez se refiere preferentemente a acontecimientos históricos que le tocaron vivir, y en muy pocos pasajes recuerda su prisión en sí. En uno de ellos rememora la cruel guerra de nervios que les hacían los guardias a los prisioneros: Durante quince días se nos aplicó la guerra de nervios, en abril. Cada noche, de 9 a 11, un centinela de la alambrada disparaba un tiro de fusil so pretexto de un fantasma que aparecía en el bosquecillo vecino. Incontinenti contestaban los otros tres y luego una o dos ráfagas de ametralladora sobre el cuadrilátero de la prisión.
Con un dejo poético, Benítez deja su sentencia sobre lo que fue aquel campo de concentración: Oh, Peña Hermosa, anfiteatro y cátedra de la política paraguaya. Por esa isla han desfilado desde hace años inocentes y culpables, sospechosos y perseguidos, civiles y militares, profesionales y obreros, coroneles y comunistas, en holocausto a la democracia.
La edición preparada para hoy por los directores de la Colección, Carlos Villagra Marsal y Rubén Bareiro Saguier, contiene una introducción de Evelio Fernández Arévalo, quien señala refiriéndose a Justo Pastor Benítez: En su multifacético y prolongada actividad pública, tuvo aciertos y errores, pero nadie puede dudar de su acendrado amor a su pueblo, de su enorme capacidad intelectual, de su formidable e inconfundible estilo como escritor y de su acrisolada honradez.
Benítez, quien había nacido en Asunción el 28 de mayo de 1895, falleció en Asunción el 6 de febrero de 1963 en medio de la más absoluta pobreza pese a haber sido figura preponderante de la política nacional durante varios años y ministro de Hacienda con enorme poder de decisión. Tan pobre murió, que su sepelio fue financiado por un grupo de amigos.
A lo largo de su existencia, vivió unos veinticinco años en el exilio. Regresó definitivamente al Paraguay poco antes de su muerte. Su labor intelectual fue copiosa en medio de su agitada actividad política. Publicó varias obras sobre la historia y la cultura de nuestro país. Entre ellas están: La causa nacional (1910), Ideario político (1920), La Constitución de 1870 (1924 su tesis para acceder al doctorado en Derecho), Jornadas democráticas (1927 con José P. Guggiari), El Arzobispo en el Paraguay (1929), Los sucesos del 23 de octubre (1931), Ensayo sobre el liberalismo paraguayo (1932) Bajo el signo de Marte (Montevideo, 1934), Panorama de la literatura paraguaya (Río de Janeiro, 1935), entre otras obras.