Halley Mora, autor esencial en la literatura paraguaya

Mario Halley Mora es una de las figuras referenciales de la literatura paraguaya. Desde que comenzó su producción en la dramaturgia, a mediados de la década de los cincuenta, se caracterizó tanto por su fecundidad como por la calidad de sus obras.

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En 1965, luego de una relativamente larga trayectoria como autor teatral, incursionó en la narrativa con una primera novela ganadora del premio literario del diario La Tribuna en 1964: "La quema de Judas". Este será, justamente, el segundo libro editado por El Lector dentro de la Biblioteca Popular de Autores Paraguayos y saldrá a la venta este domingo con el ejemplar del diario ABC Color, a un precio de 10.000 guaraníes.
Con "La quema de Judas" se le abrió a Halley Mora una ancha vía para iniciar un itinerario que pocos narradores paraguayos habían intentado hasta entonces: la novela urbana, aquella que tiene a la ciudad de Asunción como una protagonista a veces oculta o a veces imperante, que marca caracteres en los personajes de la obra y determina factores y circunstancias en la acción o la sicología de la gente.

¿Cómo definir expresamente la novelística y la cuentística de Halley Mora? Jorge Luis Borges hablaba de la existencia de dos clases de novelas: las sicológicas y las de peripecias o acción.

Se puede decir que Halley Mora se siente cómodo en ambas vertientes, si se toma la clasificación como terminante. Pero la mayor fortaleza de este escritor, nacido en Coronel Oviedo en 1926, es su enorme capacidad para describir los caracteres síquicos y espirituales de los protagonistas de sus obras. Esto se da tanto en la dramaturgia como en la narrativa.


CARACTERES DE LOS PERSONAJES

Mario Halley Mora siempre se caracterizó por su notable condición de observador y eso determinó su literatura. Generalmente, no se detenía en especificaciones físicas cuando hablaba de un actor de sus novelas o sus cuentos, como lo hacía cuando se refería a sus condiciones sicológicas. Sus protagonistas son generalmente personas de una intensa vida interior impregnadas por el ambiente urbano, que marca un cúmulo de hechos concluyentes.

Conocido como un individuo introvertido, Halley Mora proyectó esa introversión en muchas de sus creaciones, a las que sumergió en una quietud externa que disfrazaba una extraordinaria dinámica mental.

Una muestra de ello es Jorge Servián, protagonista principal de la novela "La quema de Judas", personaje controvertido en toda su dimensión, con una ambivalencia de sentimientos que lo arrastra a la esquizofrenia que culmina en el delirante y trágico final del texto.

Sujeto reconocible en muchos asuncenos que deambulan por la ciudad, empleado resignado y lleno de moho rutinario, militante católico, feligrés en busca permanente de la efímera, chata y egoísta gloria del reconocimiento parroquial.

Otro aspecto llamativo de "La quema de Judas" es que constituye una de las pocas obras de Halley Mora en que el personaje central y casi excluyente es un varón. Aquí las mujeres, aunque determinantes de algunas circunstancias, no son las que marcan las pautas ni fijan los rumbos conclusivos. Es de recordar, en ese sentido, que nuestro autor se ha detenido en innumerables ocasiones a identificar a las mujeres con su obra, dando a estas un rol protagónico sustancial y sumamente privativo.

Más allá de Jorge Servián, en "La quema de Judas" existe otro protagonista imprescindible: el egoísmo, ese egoísmo que se refleja en pequeñas miserias cotidianas y en actos cargados de nocividad social. Halley Mora, en ese sentido, es un maestro en crear el clima y la atmósfera para identificar ese mal como un factor determinante en la conducta de todos quienes participan en la obra.


CULTOR DE VARIOS GENEROS

Mario Halley Mora es cultor de varios géneros en el arte de escribir. Se inició como guionista de programas cómicos (La pensión de doña Liga, La pensión de ña Lolita), fue periodista, autor teatral, letrista de canciones populares, novelista, cuentista. Dentro del periodismo también tuvo su vuelo narrativo, tal como lo demostró en aquella columna publicada en la contratapa del diario Patria: Comentario’i, que era un pequeño ensayo diario sobre diversas situaciones de la vida común de la gente.

Pero quizá un hecho que mucha gente olvida o simplemente desconoce es la incursión de Halley Mora en el cine y su trabajo con Augusto Roa Bastos en la elaboración del guión de "La sangre y la semilla", película en coproducción paraguayo-argentina estrenada el 12 de noviembre de 1959. El filme fue dirigido por Alberto Du Bois y los intérpretes fueron: Olga Zubarry, Romualdo Quiroga, Roque Centurión Miranda, Celia Elías, Mercedes Jané, José Guisote, Carlos Gómez, Ernesto Báez, César Álvarez Blanco y Rafael Rojas Doria.
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