Así quedó demostrado la madrugada de este jueves en el Movistar Arena de Santiago.
Con un repertorio que mezcló los clásicos de la banda, en especial los temas de su exitoso primer disco, "Appetite for Destruction" (1987), con las melodías más recientes de "Chinese Democracy" (2008) , los "gunners" sometieron a unas 15.000 almas a los bombardeos de las guitarras de Ron "Bumblefoot" Thal y DJ Ashba. Pero el sello inconfundible vino a cargo de los matices y los desgarros de Rose, líder de la banda y único miembro que se mantiene de la formación original, quien, fiel a su leyenda, saltó al escenario con más de hora y media de retraso respecto de la hora programada para el espectáculo.
Enfundado en un pantalón vaquero, con chaqueta, sombrero y gafas de sol negras, Rose y sus siete músicos abrieron la velada, como lo han hecho en sus últimas actuaciones, con "Chinese Democracy", tema que da título al último álbum del grupo.
"You know where you are, You're in the jungle baby...", fue el grito de guerra que introdujo "Welcome to the Jungle", uno de esos temas que transformaron la escena del rock duro de finales de los ochenta y que marcaron la biografía sentimental de muchos de los que hoy saltaron y vibraron al ritmo de los desgarros vocales de Rose. "It's So Easy" y "Mr. Brownstone", dos joyas rítmicas de ese "Appetite For Destruction" que ha vendido más de 30 millones de copias, entusiasmaron a un respetable conformado mayoritariamente por veinteañeros y treintañeros, antes de que el ritmo lento de la más reciente "Sorry" calmara de nuevo las aguas.
Un pirotécnico "Rocket Queen" y el "Live & Let Die" de Paul McCartney, apropiado desde "Use You Illusion I" (1991) por los "gunners", acabaron por hacer vibrar a los reunidos en el Movistar Arena santiaguino. El piano de "Street of Dreams" y un intenso "You Could Be Mine" en el que las descargas de un inquieto DJ Ashba invadieron toda el espacio, fueron el preludio para que retumbara "Sweet Child o' Mine", uno de esos "himnos" que aún suenan en las radios del mundo entero y que decenas de artistas todavía versionan.
Un sentido "November Rain" con Axl Rose al piano, una interpretación de "Don't Cry" acompañada únicamente de la guitarra de Bumblefoot y una trepidante "Knockin' on Heaven's Door" pusieron el punto y aparte para que Rose se despidiera del escenario.
A la vuelta, la banda regaló varios temas a los más trasnochadores, entre ellos una versión acústica de "Patience", antes de despedirse del público chileno y continuar con la gira latinoamericana que los llevará próximamente a Argentina, Paraguay y México.
Con un repertorio que mezcló los clásicos de la banda, en especial los temas de su exitoso primer disco, "Appetite for Destruction" (1987), con las melodías más recientes de "Chinese Democracy" (2008) , los "gunners" sometieron a unas 15.000 almas a los bombardeos de las guitarras de Ron "Bumblefoot" Thal y DJ Ashba. Pero el sello inconfundible vino a cargo de los matices y los desgarros de Rose, líder de la banda y único miembro que se mantiene de la formación original, quien, fiel a su leyenda, saltó al escenario con más de hora y media de retraso respecto de la hora programada para el espectáculo.
Enfundado en un pantalón vaquero, con chaqueta, sombrero y gafas de sol negras, Rose y sus siete músicos abrieron la velada, como lo han hecho en sus últimas actuaciones, con "Chinese Democracy", tema que da título al último álbum del grupo.
"You know where you are, You're in the jungle baby...", fue el grito de guerra que introdujo "Welcome to the Jungle", uno de esos temas que transformaron la escena del rock duro de finales de los ochenta y que marcaron la biografía sentimental de muchos de los que hoy saltaron y vibraron al ritmo de los desgarros vocales de Rose. "It's So Easy" y "Mr. Brownstone", dos joyas rítmicas de ese "Appetite For Destruction" que ha vendido más de 30 millones de copias, entusiasmaron a un respetable conformado mayoritariamente por veinteañeros y treintañeros, antes de que el ritmo lento de la más reciente "Sorry" calmara de nuevo las aguas.
Un sentido "November Rain" con Axl Rose al piano, una interpretación de "Don't Cry" acompañada únicamente de la guitarra de Bumblefoot y una trepidante "Knockin' on Heaven's Door" pusieron el punto y aparte para que Rose se despidiera del escenario.
A la vuelta, la banda regaló varios temas a los más trasnochadores, entre ellos una versión acústica de "Patience", antes de despedirse del público chileno y continuar con la gira latinoamericana que los llevará próximamente a Argentina, Paraguay y México.