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Máxima Zorreguieta será la segunda latinoamericana en ocupar un trono europeo, esta vez el de Holanda. El 30 de abril se convertirá en nada menos que la reina de los Países Bajos, luego de que su suegra Beatriz Wilhelmina Armgard van Oranje-Nassau, decidiera abdicar al trono, es decir, renuncia a su reinado.
Máxima Zorreguieta, casada desde el 2002 con Guillermo Alejandro, príncipe de Orange, quien sucederá a su madre en el reinado de los Países Bajos. Por este motivo Máxima es princesa consorte y pasará a ser reina consorte, por estar casada con el futuro Rey.
La argentina se ganó el corazón de los holandeses por varios motivos: uno de ellos, haber decidido renunciar a su nacionalidad argentina al casarse con Guillermo, y también por su simpatía y sensibilidad.
Máxima Zorreguieta Cerruti nació en Argentina, el 17 de mayo de 1971. Actualmente tiene 41 años. Es hija de Jorge Zorreguieta, exsecretario de Agricultura durante la dictadura del argentino Jorge Rafael Videla.
La protagonista del cuento de hadas, en el cual muchos argentinos recuerdan, es una plebeya, no tiene sangre azul, pero sí una interesante formación académica y una trayectoria laboral.
Estudió en el Colegio Northlands de Buenos Aires y en 1995 se recibió de licenciada en Economía en la Universidad Católica Argentina. Trabajó en importantes firmas bancarias como el HSBC de Nueva York y el Deutsche Bank, donde conoció a su marido.
Cynthia Kaufmann fue la celestina en la historia de amor de Máxima y Guillermo. Fue ella la que habló al Principe de Holanda sobre la linda amiga que tenía, y el resto ya quedó en manos del encanto de la argentina.
El primer comentario de Máxima sobre el príncipe fue que “él era gordito” y bailaba mal, incluso dijo al mismo que era una “madera” para el baile. Varias llamadas, mensajes e insistentes correos cautivaron lentamente el corazón de Máxima.
El 2 de febrero de 2002 Máxima y Guillermo sellaron su compromiso y ella dejó atrás su nacionalidad argentina para convertirse en la Princesa de los Países Bajos, con el aval del parlamento de ese país.
La nota que conmovió a los holandeses fue que durante su boda, cuando aún era desconocida, dejó correr unas lágrimas sobre sus flamantes reales pómulos, por la tristeza que le produjo la ausencia de sus padres en el momento más importante de su vida.
Esta ausencia se debió a que las autoridades holandesas no permitieron a su padre estar en la boda, por sus antecedentes en la dictadura de Videla (1976-1981) periodo en que desaparecieron y murieron 30.000 personas. También la madre estuvo ausente.
A esto luego se sumó la rapidez con que acuñó como parte de su vida el idioma holandés. Le tomó apenas tres meses aprender el lenguaje y sumar así puntos a su favor ante esta población europea.
Su labor humanitaria en las Naciones Unidas la llevó a ocupar el cargo de abogada especial para la Financiación para el Desarrollo Inclusivo, asesorando a programas de microcréditos en el mundo. Fue otro motivo que los holandeses vieron con gusto en la nueva integrante de la monarquía.
Los actos para la coronación de Máxima comenzarán hoy lunes, desde las 20:00, con una cena de gala en el Rijksmuseum -Museo Nacional de Amsterdam- con las familias reales y jefes de estado asistentes. Durante dicha cena, la Reina de Holanda brindará un discurso.
Proseguirá al día siguiente con el acto principal de abdicación de la reina Beatriz a favor de los principes Guillermo y Máxima. El acto se realizará a la mañana, y luego de ser coronados, el rey Guillermo brindarán alguna palabras desde el balcón del Palacio Real.
Posteriormente, la familia real se dirigirá a la iglesia Nieuwe Kerk donde se hará el juramento e investidura del rey, en una sesión con las dos cámaras de los Estados Generales.
Luego de ese acto volverán al Palacio Real de Amsterdam donde ofrecerán una recepción a las comitivas reales y extranjeras. Ya en horas de la tarde se realizará un desfile de barcos por el río lj, encabezado por el barco real en el que iran los flamantes reyes.
Cientos de argentinos ya viajaron a Holanda para presenciar la coronación de la argentina, el fervor ha desatado incluso la “Maximanía”, emoción que ya alimentada con la elección de un papa argentino. Con un Messi, luego un Papa Francisco y ahora una reina Máxima, los argentinos ya tienen, prácticamente, completa su historia mundial.
En octubre del 2008, la princesa de Holanda pisó tierra paraguaya. Fue invitada por el Banco Interamericano de Desarrollo para el Foromic, ocasión en que se reunió con el entonces presidente Fernando Lugo y realizó una visita fugaz al barrio La Garza 1 de la ciudad de San Antonio.
En una soleada tarde calurosa, la princesa Máxima llegó hasta el citado barrio humilde, donde la aguardaban cientos de periodistas y fotógrafos para inmortalizar su presencia. Con una amplia sonrisa y un breve comentario a los medios, se reunión con jóvenes de la Red de Emprendedores Filarmónicos.
Máxima sigue fiel a su religión católica, pese a pertenecer a un país cuya religión oficial es el protestantismo.