“No esperaba que me invitaran aquí y ahora veo los esfuerzos que ponéis para conservar especies amenazadas de animales”, dijo Anderson en su intervención en el Foro Económico de Vladivostok, en el que ya se ha reunido con el ministro de Medio Ambiente ruso, Serguéi Donskoi.
Rusia “puede demostrar a decenas de millones de personas en todo el mundo que se está convirtiendo en un país responsable con el medio ambiente”, agregó la actriz, que viajó a Vladivostok consciente de las controversias que puede despertar su visita en su país de origen.
“Soy canadiense y también un poco rusa. Así que no importa” que el viaje se produzca en medio de las sanciones estadounidenses a Moscú por su papel en la crisis de Ucrania, dijo Anderson cuando los periodistas le preguntaron por este tema.
La popular actriz aseguró que la finalidad de su visita es hablar con “muchos líderes influyentes” que hay en Rusia y “tratar los problemas medioambientales”.
La Fundación Pamela Anderson para la protección de animales vendió ayer en una subasta benéfica un baile con la estadounidense y también una boya empleada durante el rodaje de la serie “Vigilantes de la playa”, comprada por un empresario ruso por 3 millones de rublos (más de 44.000 dólares).
Los fondos recaudados en el acto benéfico, en el que también participaron otras personalidades y organizaciones, se destinarán a la lucha contra la caza furtiva y la venta ilegal de animales salvajes en internet.
La actriz y modelo solicitó formalmente este verano “una cena o almuerzo” con el presidente ruso, Vladímir Putin, para plantearle sus preocupaciones medioambientales, según informaron medios internacionales.