Se trata de un magnetismo que Michelle Pfeiffer trata de ocultar en “People Like Us”, donde interpreta a una viuda con secretos de alcoba.
“Estoy sana, probablemente más que en toda mi vida. Me encuentro mejor que nunca. Cuanto mayor soy, más y mejor me cuido, especialmente cuando estoy trabajando. Para mí hay tres claves: la comida, el ejercicio y la protección solar”, dijo la actriz en un encuentro con un grupo reducido de medios.
“Vigilar el nivel de estrés también es importante. Tengo una gran vida y me siento muy agradecida por ello. Soy consciente de la suerte que he tenido y creo que todo eso se refleja en mí”, añadió la tres veces candidata al Óscar, por “Relaciones Peligrosas” (1988) , “Los Fabulosos Baker Boys” (1989) y “Love Field” (1992).
Pfeiffer, que estrenó en mayo “Sombras Tenebrosas”, regresa a la cartelera estadounidense este viernes con “People Like Us”, un drama con tintes de comedia acerca de relaciones familiares en el que aparecen Chris Pine, Elizabeth Banks y Olivia Wilde.
Un joven veinteañero recibe la noticia de la muerte de su padre y en su testamento descubre que tiene una hermanastra de la que nunca nadie le había hablado, a la que ha dejado 150.000 dólares. Tras asimilar la situación, decide embarcarse en una aventura por descubrir quién es y qué ha sido de su vida.
“Creo que muchas familias tienen más secretos profundos y oscuros de lo que nos damos cuenta”, comentó Pfeiffer. “Lo inusual es que no ocurran cosas así. La película me ha hecho pensar en la necesidad que tenemos de conectar con alguien. No queremos estar solos y a veces nos sentimos así aunque estemos rodeados de gente. Como fuera del núcleo”, agregó.
Precisamente, la artista reveló que ella misma tiene un tío en su familia del que nadie le ha hablado nunca, y que lamenta no haberle preguntado por él a su padre, ya fallecido.
“Probablemente el 50 por ciento de lo que ocurrió no lo sabría y el otro 50 por ciento no querría contarlo. Así que nunca lo conocí. No sé qué le pasó”, añadió.
La actriz da vida en la cinta a Lillian, la madre de Sam (Pine), que no ha podido evitar que la relación con su hijo se haya deteriorado con el paso de los años, hasta el punto de convertirse en unos extraños el uno para el otro. Sin embargo, las circunstancias en el filme acabarán por acercarlos.
“Me encantó el guión; los temas que toca son importantes para mí y son cosas que ocurren. Las familias vienen en todo tipo de tamaños y colores y con distintos problemas, pero creo en el perdón. La película trata sobre saber perdonar y dar segundas oportunidades, cosas en las que creo absolutamente”, manifestó Pfeiffer.
La protagonista de películas como “Caracortada” (1983), “Batman Regresa” (1992) y “What Lies Beneath” (2000) resaltó lo “emocionante” que le resultó el rodaje de esta película, que supone el debut en la dirección de Alex Kurtzman, uno de los guionistas y productores de referencia en el Hollywood actual ("Transformers", "Star Trek"). De hecho, la historia se basa en la experiencia real de Kurtzman, que conoció a su hermanastra ya siendo adulto y ahora son íntimos amigos.
Tal fue el impacto personal que tuvo esta cinta sobre Pfeiffer que incluso le ha hecho plantearse probar como directora, algo que ya se lo habían sugerido otros compañeros de profesión porque la consideran “muy mandona”.
“Pienso en ello a veces. Me dicen que soy muy controladora y muy mandona. Me gustaría probar, pero sé que es una tarea que te consume por completo y no sé si estoy preparada”, reconoció.
El próximo proyecto de Pfeiffer es “Malavita”, una cinta de Luc Besson sobre un matrimonio de gánsteres, que de concretarse será la tercera vez que comparte créditos con Robert De Niro ("Stardust" y "Año Nuevo"), aunque solo la primera en la que aparecen juntos en escena.
“Es un gran guion y finalmente podré tener secuencias con él. Será excitante, pero no quiero dar muchos detalles. Soy supersticiosa y quiero rodar la película, así que prefiero no hablar de ella”, concluyó.