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"El público paraguayo me adora y yo los adoro", dijo, tajante, este sábado la vedette y actriz argentina en comunicación con el programa de espectáculos El Palco de ABC Cardinal. La entrevista fue la primera de Casán con un medio paraguayo, después de recuperar la libertad, en diciembre pasado.
La actriz no tuvo reparos de hablar de sus experiencias en el correcional de mujeres de Asunción, ni de sus vínculos con nuestro país. "Es un prejuicio que tienen los demás, que piensan que yo no quiero al Paraguay por este hecho. Nada que ver: para mí es intrascendente", aseguró. "No es una bisagra en mi vida el haber estado nueve días en un correccional. A mí no me modificó nada: forma parte de mi pasado y es lo menos dramático que me ha ocurrido en mi vida. Ni encontré a Dios ni encontré la Biblia: encontré gente maravillosa y la pasé bárbaro".
En diciembre pasado, la jueza Dina Marchuk había resuelto hacer lugar a la suspensión condicional del procedimiento por el plazo de dos años, pero bajo reglas de conducta, por el caso de la desaparición de joyas luego de un espectáculo suyo en la Conmebol. La vedette había aceptado el hecho y donó la suma de G. 150 millones a la casa de las Hemanas Vicentinas como reparación del daño, además de comparecer trimestralmente ante el juzgado.
"En esos nueve días yo conocí gente maravillosa ahí... mis compañeras de prisión: Cynthia, Érika, Mirna, Luci... divinas, divinas, divinas. Buena gente. Nos reíamos, desdramatizábamos... yo, sobre todo, les hacia desdramatizar hechos de su vida, que tenían unas condenas bastante pesadas, y nos quedamos tomando tecito hasta tarde. Ellas se querían dormir temprano, y yo les decía: '¿qué hacen durmiendo tan temprano, de mañana se despiertan temprano... ¡se van a aburrir!".
Casán relató que sus compañeras le lavaban el pelo, le hacían las uñas y hasta masajes. "Nos reíamos (...) nos hacíamos reír mucho entre todas . Nos reímos todo el tiempo de cosas que pasaban o que me comentaban, y yo hacía mis comentarios y ellas morían de risa. Yo saqué lo mejor, mi querido. Yo de todo saco lo mejor", afirmó.
En un dúplex telefónico con su excompañera de celda, Mirna Villalba aprovechó para saludar a la vedette: "Te estamos extrañando acá, amiga". Aseguró también que Casán "fue un amor de persona". "Hola Mirna, mi vida, ¡pero qué sorpresa, mi amor!", respondió, por su parte, Moria. "Qué bueno escucharte, hace tanto que no te escucho... desde el 23 de diciembre, que me fui... voy a ir dentro de poco y les llevo regalitos", le prometió.
En un momento de la entrevista, Casán mencionó que ya estaba lista para pasar la Navidad junto a sus nuevas amigas en el correccional. Incluso, después de recuperar la libertad, pidió quedarse... lo cual no le habrían dejado. "Yo creía que me iba a quedar hasta fin de año ahí, entonces habíamos decidido pasar esa noche... Me dijo mi hija: 'Mamá, ¿querés que vaya?'. Pero de ninguna manera, porque yo voy a estar ahí, seguramente para el 31. Entonces el 23 me sale esta cosa de que estoy libre, yo me quería quedar y mi abogado no me dejó, y además no te dejan quedarte en el correccional si te dan la libertad", agregó.
¿Cómo fue la convivencia entre la artista y sus amigas de celda? "Me recibieron con amor. Me dieron la mejor cama, me lavaban... ¡son muy limpias! Una gran limpieza, todo: desde el aseo personal; me hacían la camita... Érika también se ocupa de lavar la ropa. Cada una se ocupaba de algo, siempre con aromaterapia. Mirna es una gran estilista y me lavaba el pelo todos los días y me lo planchaba", contó.
"Yo me maquillaba a la noche y dormía con las pestañas postizas puestas porque a primera hora me llevaban siempre para comparecencia, y a primera hora no tengo ganas de maquillarme. (Entonces) a la mañana me daba una ducha pero iba con pestaña postiza, divina y peinada con planchita".
La artista recordó que "cada una me contaba sus historias, mutualmente, pero -sobre todo- nos reíamos mucho... de salidas mías. De un hecho que contara que a ella de pronto le parecía como terrible, les decía: 'basta de terribilitis', y nos termibábamos riendo".
La argentina remarcó que le llamó la atención el buen trato y la cordialidad frecuente. "Cero hostilidad... tienen un lugar muy abierto, entonces las chicas están mucho en el patio y en el día se escucha mucha música. Un día tienen clase de salsa, yoga, juegan al básquet... no hay una sensación de penal, de celda, de esas que se cierran, tipo película o tipo drama. Hay como una sensación de libertad ahí adentro, esa es una paradoja que yo sentí ahí. Toda la buena onda que había conmigo. (Me decían) 'Moria: no es un sitio para vos'. 'Te queremos', me decían. Nunca nadie me gritó. Todo amor. El psicólogo, amoroso. La directora, amorosa. La celadora... todo buen trato. Vi como un submundo, pero que tenía más que ver con la libertad que con el encierro".
Moria también aclaró que no le interesa llevar su experiencia en prisión a la ficción ni editar un libro, y que le gustaría traer al país el espectáculo que, por estos días, presenta en el Maipo de Buenos Aires: The Hole.