Después de ser presentados por una amiga común aprovechando que la actriz estadounidense estaba de paso por Londres a principios de julio de 2016, la velocidad de la relación sorprendió a ambos.
“El hecho de enamorarme de Meghan tan increíblemente rápido fue una confirmación de que todas las estrellas estaban alineadas. Todo era perfecto”, explicó Enrique, que llegará a la boda del 19 de mayo como sexto en la línea de sucesión al trono, desplazado del quinto lugar por el inminente nacimiento del tercer hijo de su hermano mayor, Guillermo.
Menos de dos años después de conocerse, se casarán en el castillo de Windsor el 19 de mayo, sellando una relación que creció fuera del foco de atención de los medios y que sobrevivió cuando se hizo pública de manera explosiva.
Cuando la pareja se vio por primera vez para tomar una copa, ambos se sorprendieron. Ella tenía 34 años y un divorcio tras de sí; él 31, un pasado agitado y una carrera militar de una década recién concluida. Enrique nunca había oído hablar de Markle ni había visto “Suits”, la serie de televisión sobre abogados de la que es protagonista. “Me quedé muy gratamente sorprendido cuando entré y la vi”, recordó, y se dijo para sus adentros: “¡Voy a tener que estar realmente a la altura!”.
Markle sabía poco acerca de Enrique y solo le había preguntado a su amiga común si era “agradable”.
“Para los dos fue realmente refrescante”, dijo. “Todo lo que sé de él, lo supe a través de él” .
Unidos por su pasión por las buenas causas, inmediatamente fijaron una nueva cita: al día siguiente. Unas semanas más tarde, Enrique la convenció para irse de acampada cinco días a Botsuana, lo que el príncipe describió como el “gran salto” en la relación. “Estábamos realmente solos, lo cual fue crucial para asegurarme de que teníamos la oportunidad de conocernos”, dijo el príncipe.
Markle seguía rodando “Suits” en Toronto, pero la pareja nunca estuvo más de dos semanas separada desde entonces. Pese a ello, el romance se mantuvo oculto a la prensa durante los primeros seis meses. El príncipe dijo que la familia real había sido de gran apoyo en su relación, incluyendo sus abuelos, la reina Isabel II y el príncipe Felipe, su padre, el príncipe Carlos, y su hermano y cuñada, el príncipe Guillermo y su esposa Catalina.
Enrique dijo que tenían conversaciones francas acerca del futuro y que sintió un “enorme alivio” al haber encontrado a alguien cómodo con la presión. El escritor especialista en la Casa Real británica Andrew Morton, que acaba de publicar una biografía de Markle, dijo a la AFP que “él suplicó más que Meghan. Él tenía más que ganar y Megan tiene más que perder” , describiendo una inversión de papeles inusual para el príncipe.
El príncipe confirmó públicamente el romance en noviembre de 2016 con una declaración inusualmente dura criticando a la prensa por un “abuso y acoso” con tintes racistas al que se estaba sometiendo a Markle.
“Esto no es un juego: son sus vidas”, denunció el secretario de prensa del príncipe, Jason Knauf. La declaración airada, que iba mucho más allá de lo que Enrique había ido nunca por una novia, confirmó que se tomaba muy en serio la relación. Enrique le propuso matrimonio en noviembre de 2017.
La pareja pasaba una velada tranquila en Nottingham Cottage, la casa de dos dormitorios que ahora comparten en las inmediaciones del palacio de Kensington, en el centro de Londres, y estaban cocinando un pollo. “Fue una sorpresa increíble. Fue tan dulce y natural, y muy romántico. Se arrodilló”, dijo la actriz. Markle dijo que sí antes incluso de que Enrique acabara y ofreciera el anillo.
Anunciaron su compromiso el 27 de noviembre de 2017 y ella ya está integrada en el mundo de la realeza, tras su primera aparición pública oficial con su futuro marido el 1 de diciembre y su primera Navidad con los Windsor.