“No estoy cómoda con el silencio”, dijo a la AFP Chastain, estrella del primer filme dirigido por Aaron Sorkin, Molly’s Game.
“Si estamos en una industria malsana somos parte del problema y nuestra inacción equivale a complicidad”, agregó la rutilante actriz pelirroja de 40 años.
“Para mí es importante recurrir a cualquier plataforma que tenga a mano para amplificar la voz de aquellas y aquellos que ponen todo en riesgo para salvar a otras personas”, dijo en relación a las más de 100 mujeres que denunciaron haber sido víctimas de acoso, agresiones sexuales o incluso violaciones por parte de Weinstein u otras grandes figuras del séptimo arte.
Angelina Jolie, Gwyneth Paltrow y Léa Seydoux, pero también gente anónima del universo del cine, forman parte de las denunciantes.
“Tengo muchas amigas que fueron utilizadas con fines deshonestos, maltratadas”, dijo durante una entrevista previa al estreno de Molly's Game, donde encarna a una ex campeona de esquí que se transforma en reina del póker, un papel que le podría valer una nominación al Óscar.
Uno de sus últimos tuits sobre los escándalos que sacuden Hollywood tuvo un eco particular porque cuestionaba a un co-productor de uno de sus próximos filmes: X-Men: Dark Phoenix, Bryan Singer.
“No olvidemos”, escribió al retuitear un artículo en el que se acusa a Singer de agresiones sexuales.
Un representante de este productor que ya había sido denunciado sin éxito en varias oportunidades en los últimos años por este tipo de hechos, dijo a la AFP que cualquier cuestionamiento a su cliente a partir de acusaciones “sin pruebas” relativas a hechos pasados es “imprudente y escandaloso”.
Jessica Chastain, que alterna filmes independientes como A Most Violent Year (2014) y grandes producciones como Misión Rescate, de 2015, justificó haber trabajado en X-Men debido a que Singer no estaba presente en el rodaje y que ignoraba que él formaba parte de los productores de la cinta hasta hace poco tiempo.
La actriz sugirió, en su diálogo con la AFP , que en el futuro estará más atenta. “Pienso que la gente debería prestar atención a con quién trabaja”.
De voz suave pero firme, vestida con una blusa fluida y un pantalón estricto, la californiana revelada en El Árbol de la Vida, de Terrence Malick, donde hace de esposa de un padre violento, dijo que se volvió feminista al crecer junto a una madre soltera.
“La vi pelear para que tuviéramos qué comer y vi las injusticias que la rodeaban”, señaló, y dijo que tomó conciencia de la discriminación de que son víctimas las mujeres muy temprano, cuando estudiaba en la prestigiosa escuela de actuación Julliard.
“En las clases dos terceras partes eran hombres y un tercio mujeres. Le pregunté a mi profesor: ’¿por qué no mitad y mitad?’, y me dijo que había ’más papeles para hombres que para mujeres’. Le pregunté ’cómo podrían cambiar las cosas con esa mentalidad’”, relató.
Más que a la industria del cine al que hay que cuestionar es al sistema patriarcal, piensa la actriz estadounidense.
“En todo sector en que un grupo demográfico alimenta a otro se cometen abusos de poder: en política, en Wall Street, en los medios, en Hollywood... Debemos esforzarnos para que haya más diversidad en los puestos de poder”, argumentó.
Para Idris Elba, que representa al abogado de Chastain en Molly's Game, hace mucho tiempo que Hollywood es conocido por lo que él llama “la promoción canapé": que una mujer deba mantener relaciones sexuales con un productor o una estrella para obtener un papel.
Tras las “cosas horribles que descubrimos sobre lo que padecieron algunos actores, lo positivo es que vamos a tener una industria más sana, más transparente”, subrayó.