Jaycee Chan, de 32 años, hablará mañana en una conferencia de prensa, a la que también asistirá su madre Lin Feng-jiao, para mostrar públicamente su arrepentimiento por su mala conducta, según indicó por su parte el diario hongkonés South China Morning Post.
Chan salió de la prisión del distrito de Doncheng, en el centro de Pekín, con la cara cubierta en un automóvil Buick gris con los cristales tintados y escoltado por dos coches de policía.
Para evitar la avalancha de periodistas que se agolpaban a la salida del centro penitenciario, Jaycee Chan aceleró la velocidad del coche y se saltó varios semáforos en rojo.
Su padre, Jackie Chan, nombrado embajador para el control de las drogas en China en 2009, expresó su vergüenza y enfado por la actuación de su hijo.
Chan fue detenido el 14 de agosto de 2014 junto a un colega de profesión, el taiwanés Ko Chen-tung, cuando ambos fumaban marihuana en el domicilio que el primero de ellos tiene en Pekín.
El Tribunal Popular del Distrito de Dongcheng, en Pekín, condenó a Jaycee Chan por ser considerado culpable de “proporcionar un espacio para el consumo de droga”, un delito que en China puede castigarse con hasta tres años de cárcel, aunque los abogados lograron una pena más reducida.
Si bien el tribunal redujo la condena porque Chan colaboró con las autoridades al confesar voluntariamente su delito, también fue condenado a pagar una multa de 2.000 yuanes (aproximadamente 285 euros, 320 dólares).
La condena de Jaycee Chan se enmarca dentro de una campaña antidrogas que la ciudad de Pekín lanzó en 2013 y que por ahora se ha saldado con la detención de más de 7.800 sospechosos, entre ellos otras famosas celebridades de la cultura y el espectáculo, como el cantante Li Damo, el director cinematográfico Zhang Yuan o el actor Roy Cheung.