Según informó hoy la cadena ABC, la demanda explica que el ingeniero de sonido Ian Boxill, que anunció la publicación del EP Deliverance, posee canciones no publicadas de Prince y grabadas en 2006.
De acuerdo con la acusación, Boxill firmó un contrato por el cual todas las canciones en las que trabajó con Prince pertenecen sólo al fallecido artista.
Los demandantes añadieron que ese acuerdo estipulaba que Boxill no podría usar esas grabaciones de ninguna manera y que tendría que devolverlas a Prince “inmediatamente” si así se solicitara.
Los herederos del genio de Mineápolis argumentaron que el productor no sólo no ha devuelto los másters y las grabaciones sino que también las ha compartido con otras personas, un aspecto que en su opinión violaría el contrato firmado.
El medio especializado Variety citó a un representante de los herederos de Prince que aseguró que éstos no autorizan la publicación del EP.
“El señor Boxill conservó copias de algunas canciones, esperó hasta después de la trágica muerte de Prince y ahora está intentando lanzar esas canciones sin autorización de los herederos y en violación del acuerdo y de la ley aplicable”, dijo este portavoz.
Según el medio especializado Rolling Stone, Deliverance contiene seis canciones inéditas que el artista escribió y grabó entre 2006 y 2008 junto a Boxill.
Boxill completó los temas y los mezcló tras la muerte de Prince, fallecido a los 57 años el 21 de abril de 2016.
El álbum ya puede comprarse a través de plataformas digitales, como iTunes, aunque no será posible escucharlo hasta este viernes, coincidiendo con el aniversario de la muerte del artista.
No obstante, la plataforma SoundCloud ofrece al público la posibilidad de escuchar ya la canción que da título al álbum, Deliverance, una balada con ecos de góspel y blues.
La noticia sobre la venta del EP se produce solo unos días después de que se revelara que el músico tenía en su casa varios fármacos que no habían sido recetados a su nombre.
Según los resultados finales de la autopsia que se practicó en junio del año pasado, el artista murió por una sobredosis accidental de fentanilo, un opiáceo sintético que sirve para aumentar los efectos de los analgésicos, a los que el artista era supuestamente adicto.
Las autoridades todavía desconocen cómo llegó el fentanilo a manos de Prince y, por ello, la investigación se está centrando en averiguar cómo el músico obtuvo las sustancias que causaron su muerte.