Sin poder dejar de sonreír, el protagonista de Piratas del Caribe y El Señor de los Anillos destapó la estrella 2521, situada entre el Teatro Chino y el museo de cera Madame Tussauds, de la concurrida calle de Los Ángeles.
Vistiendo un “look” desenfadado compuesto por un traje azul y una camisa blanca, Bloom, de 37 años, agradeció el apoyo que su familia le ha dado a lo largo de estos años y el aliento recibido de los productores que han impulsado su carrera.
El actor dedicó además unas palabras a la modelo australiana Miranda Kerr, de la que se separó el año pasado y que, según dijo, le dio el mejor regalo del mundo: su hijo Flynn. El pequeño, nacido en 2011, cautivó a todos los asistentes a la ceremonia y protagonizó tiernas escenas con su padre, que no dejó de mimarlo.
Bloom estuvo acompañado por Forest Whitaker, ganador del Óscar a Mejor actor por El Último Rey de Escocia (2006) y con el que trabajó en Zulú (2013) , y por David Leveaux, quien le dirigió el año pasado en la obra de teatro de Broadway Romeo y Julieta.
El actor británico se ha forjado una dilatada carrera a lo largo de dos décadas también con cintas como Troya (2004) y El Hobbit: La Desolación de Smaug (2013) .