Defensa de Bill Cosby llama “estafadora” a mujer que lo acusa

NORRISTOWN. La mujer que acusa a Bill Cosby de agresión sexual es una “estafadora” codiciosa que mintió a la policía y solo busca convertirse en multimillonaria, dijo el martes el abogado del desacreditado actor estadounidense.

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Cosby, de 80 años, podría pasar el resto de su vida tras las rejas si es hallado culpable de drogar y agredir sexualmente a la exempleada universitaria Andrea Constand, hoy de 44 años, en su casa de Filadelfia en 2004.

Las denuncias contra Cosby mancharon el legado del comediante adorado por millones por su interpretación de Cliff Huxtable, un afable ginecólogo y padre de familia en la serie televisiva The Cosby Show (1984-1992).

El primer juicio contra Cosby, un pionero que derribó las barreras raciales en la televisión y que fue el primer afroestadounidense en ganar un Emmy en 1966, fue anulado en junio pasado porque el jurado no consiguió alcanzar un veredicto unánime.

El martes su abogado, Tom Mesereau, más conocido por lograr la absolución de Michael Jackson por abuso de un menor, presentó con tranquilidad sus argumentos iniciales en el segundo día del juicio, que se celebra en Pensilvania.

“¿Qué quiere ella de Bill Cosby?”, preguntó Mesereau a los jurados. “Ya saben la respuesta: dinero, dinero y mucho más dinero”, dijo. Mesereau resumió inconsistencias en el relato de Constand a la policía y dijo que es “una estafadora, señoras y señores del jurado. Y vamos a probarlo. Una estafadora”.

“Es ahora una multimillonaria porque (su treta) le resultó”, dijo. La fiscalía reveló el lunes que Cosby pagó a Constand 3,38 millones de dólares en 2006 para saldar una demanda civil sobre la presunta agresión sexual.

 En el momento de los hechos, Constand era la directora de operaciones del equipo femenino de básquetbol de la Universidad de Temple. Cosby integraba el directorio de la institución. El propio Cosby dijo en 2005 que el día de la presunta agresión dio un antihistamínico a Constand para aliviar su estrés y que tuvieron relaciones consensuadas. El actor admitió entonces haber obtenido sedantes con el objetivo de tener sexo. Mesereau hizo referencias asimismo a una antigua colega en la Universidad de Temple que asegura que Constand le confió que “podía engañar a una celebridad” a cambio de dinero. El permiso del juez a la defensa para que llame a Marguerite Jackson como testigo será crucial en este caso. No lo autorizó en el primer proceso al considerar que su testimonio equivalía a un chisme. “Vamos a pedirles que mantengan el ojo en la pelota”, dijo Mesereau. Esto “se llama acusación por distracción. Cuando no tienes un caso, debes llenar el tiempo con otra cosa”.

Aseguró que Constand persiguió a Cosby, “locamente enamorada de su fama y su dinero”, condujo hasta su casa seis o siete veces, “se escabullía por la puerta trasera” y se sentaba a solas con él junto a la chimenea encendida, tomando brandy. Mesereau pidió al jurado que se compadezca de Cosby, y afirmó que a pesar de su riqueza y su fama, nunca se recuperó del asesinato de su hijo.

“Tonto y ridículo”

“Él estaba solo y afligido, y cometió el terrible error de confiar a esta persona lo que ocurría en su vida”, dijo. Incluso tras la supuesta agresión, cenaron juntos, ella se encontró a solas con él en su casa, presentó el actor a sus padres y le llamó 75 veces en el año, incluido tarde en la noche y dos veces en el Día de los Enamorados, hasta que finalmente fue a la policía.

En los últimos años, unas 60 mujeres han acusado al actor, que hoy asegura ser legalmente ciego, de ser un depredador sexual en serie, y aseguran que éste las drogó y abusó de ellas en un periodo de 40 años. Pero Cosby solo será juzgado por la denuncia de Constand, ya que los otros presuntos delitos han prescrito. Su nuevo juicio es por ahora el mayor caso penal en la era del #MeToo, la revolución en la sociedad estadounidense que ha derribado a hombres poderosos en Hollywood, la política o los medios por sus abusos o agresiones sexuales.

Los expertos creen que el movimiento puede hacer que los jurados se inclinen a creer más a las víctimas. Mesereau hizo una referencia velada “al actual clima en Estados Unidos” y pidió a los jurados que no se dejen cegar por las acusaciones. “Fue tonto, ridículo y se sentía solo, atraído a una joven, pero no cometió un crimen. No es un delincuente y ustedes lo declararán no culpable con gusto”, concluyó.

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