El condenado, Adi Lederman, que durante el proceso se declaró culpable de todos los cargos que se le imputaban, deberá abonar también una multa de 15.000 shékels (3.968 dólares), informan medios locales.
Lederman pirateó, asimismo, los ordenadores de otros artistas menos conocidos, pero fue detenido a principios de año a raíz de una denuncia presentada por la actriz a través del FBI, lo que condujo a una búsqueda a nivel internacional. La investigación llevó a la inteligencia norteamericana a cooperar con la unidad de delitos informáticos de la Policía israelí antifraude, que finalmente detuvo al sospechoso el 22 de enero.
El juez que vio el caso, Tzahi Uziel, del Juzgado de Paz de Tel Aviv, ordenó también la destrucción de todos los contenidos y archivos de los ordenadores que le fueron incautados al pirata informático. Al denunciar el caso, Madonna afirmó: “La invasión de mi vida, creativamente, profesionalmente y personalmente, sigue siendo una experiencia profundamente dañina y devastadora, como debe serlo igualmente para todos”.