“Estar aquí es como cerrar un círculo”, dijo Bejo en declaraciones en Cannes, donde empezaron a llegar el martes cientos de artistas, cineastas, periodistas y camarógrafos del mundo entero.
La actriz nacida en Buenos Aires en 1976 no ocultó su nerviosismo, y hasta su “angustia”, por su papel de “maestra de ceremonias” del mayor Festival de cine del mundo. “Casi me dieron ganas de tomar un avión de regreso”, confesó.
Bejo tendrá a su cargo pronunciar el discurso de inauguración del Festival, que se abre con el filme “Moonrise Kingdom”, del texano Wes Anderson, y también las palabras de clausura, en la velada de los premios, el 27 de mayo.
“Ya ensayé esta mañana en el escenario. Estoy feliz, emocionada, pero es un poco angustiante”, dijo, reconociendo que la preparación de su actuación en la ceremonia inaugural y en la de clausura se asemeja a la de una obra de teatro.
“Estaré sola ante unas 3.000 personas durante un minuto y medio. Ya me aprendí el texto. Ensayamos mucho, es cierto que es como una obra de teatro, pero yo nunca he hecho teatro”, dijo. “Por un momento, me dije, es mucho”, notó la artista, recordando que desde mayo pasado, ha tenido un hijo, conquistó el premio César a mejor actriz por su papel en “El Artista” - lo que dijo le había hecho “un gran bien"-, participó en los Oscar, donde el filme conquistó el premio a mejor película.
Además, ha tenido un papel protagonista en un filme de Nicolas Bary, que es una adaptación de “Au bonheur des ogres” ("La felicidad de los ogros"), una novela del escritor francés Daniel Pennac. “Ha sido un año intenso. En total he tenido cuatro días de vacaciones”.
“Pero es mi manera de decir gracias a Cannes”, dijo la actriz, que saltó a la fama internacional la noche en que se estrenó aquí la película muda en blanco y negro, realizada por Michel Hazanavicius, con quien tiene dos hijos.
“Cannes cambió la mirada de los productores y realizadores sobre mi trabajo”, dijo Berenice Bejo, quien adelantó que su presentación en las dos glamourosas galas, que tienen lugar en el Palacio de Festivales, será “clásica” , “sencilla”, como es ella misma.
“Soy clásica y púdica. Estoy muy lejos de ser un símbolo sexual. Yo adoraba a Brigitte Bardot, pero su personaje es de otra época, cuando las mujeres tenían necesidad de afirmarse, de liberarse. Lo único común que tenemos son las iniciales de nuestros nombres. Ahora las actrices deben recurrir a otras cosas para triunfar”, dijo, señalando que se identifica más con una artista como Audrey Hepburn.
Bejo reconoció también el costo que acarrea la gloria y la fama. “He tenido que luchar contra la intrusión del público en mi espacio personal. Cuando termine el festival de Cannes ustedes los periodistas no me verán durante un buen momento”, advirtió.
La actriz, que viajó a los tres años a París con sus padres, huyendo de la dictadura militar argentina, confesó a la AFP que le gustaría trabajar en una película sobre un tema cercano a los que sus padres vivieron. “Me gustaría hacer algo sobre esa época. Mis padres no quisieron nunca contarnos mucho, querían que nos integráramos en Francia. Pero sería una manera de conocer ese periodo” , dijo la actriz, que contó que aunque no lee mucho en castellano, entre los autores que le gustan está su compatriota Julio Cortázar.