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En noviembre pasado, Ángela Merkel cumplió diez años como canciller alemana, cargo que ostenta desde el 22 de noviembre de 2005. Ese día se convirtió en la primera mujer en ocupar el máximo puesto en la jerarquía política germana, desde donde no sólo maneja los hilos de su país, sino también de toda Europa.
A lo largo de estos diez años, y en medio de su tercer mandato como canciller, Merkel se ganó varios apodos, publica el portal Infonews. “La muchacha del Este”, la llamó su padrino político y dirigente cristianodemócrata Helmut Kohl, en referencia al lugar de su nacimiento: Alemania Oriental. También suelen decirle “Canciller de Hierro”, por su férrea defensa a las políticas de ajuste que fueron aplicadas en Alemania y en otros países del continente.
A pesar de haber reconocido que el ejercicio del poder la tiene un poco cansada, Merkel, de 61 años, ya anunció que buscará un cuarto mandato en las elecciones de 2017. Entonces habrá cumplido 12 años en el poder, con la posibilidad de que sean 16 en caso de ganar los comicios. Un período de tiempo que superaría al propio Hugo Chávez, que estuvo 14 años al frente de Venezuela y que por ese motivo fue tan criticado en pos de la anhelada “alternancia”. Algo que también les ocurrió a líderes que estuvieron aun menos tiempo que Merkel en el poder: Evo Morales, con nueve años como presidente boliviano, y su par Rafael Correa, con ocho en Ecuador.
La canciller alemana nació el 17 de julio de 1954 en Hamburgo, con el nombre de Angela Dorothea Kasner. Desde 1977 utiliza el apellido de Ulrich Merkel, con quien se casó a los 23 años en la pequeña parroquia en la que trabajaba su padre, un pastor protestante. Fue secretaria de propaganda de las Juventudes comunistas, pero luego se integró en los grupos de la revolución pacífica que precedió a la caída del Muro de Berlín, el 9 de noviembre de 1989. En ese momento se convirtió en vocera del gobierno de transición que condujo a la RDA hasta la reunificación, liderado por el democristiano Lothar de Maizière.