La comediante se unió a su primo, el senador Chuck Schumer, al revelar una serie de propuestas que buscan intensificar los controles de los antecedentes de los compradores de armas.
“Nadie quiere vivir en un país donde un criminal, alguien con un desequilibrio mental u otra gente peligrosa se pueda hacer con un arma con tanta facilidad”, dijo Schumer. “Es hora que el pueblo estadounidense abogue por estos cambios”, añadió la actriz con la voz llena de emoción. “Estos son mis primeros comentarios públicos sobre el tema de la violencia con armas de fuego, pero les prometo que no serán los últimos”.
Amy Schumer dio estas declaraciones 11 días después de que un hombre de 59 años, con un presunto historial de enfermedad mental, entrara a un cine en Luisiana (sur), disparara y matara a dos mujeres y se suicidara luego con su pistola calibre .40.
Después del incidente, familiares de las víctimas del poblado de Newton, el poblado en Connecticut (norte) donde en diciembre de 2012 un atacante mató a 20 niños, urgieron a Schumer a hablar contra este tipo de violencia en Estados Unidos.
Entre las propuestas del senador Schumer se incluyen incentivos financieros para asegurar que los estados presenten los antecedentes completos de sus ciudadanos a una base de datos federal utilizada por el FBI para examinar a los compradores de armas.
El texto también pide que el Departamento de Justicia recomiende cómo pueden los estados del país evitar que las personas con enfermedades psicológicas peligrosas compren armas.
“Hoy estamos exigiendo al Congreso que se tome este asunto muy seriamente”, dijo el senador demócrata. Las armas de fuego son responsables de cerca de 32.000 muertes al año en Estados Unidos, la mayoría de ellas por suicidio.
La Constitución garantiza a cada estadounidense la tenencia de armas y los intentos legislativos de imponer controles más estrictos siempre han sido obstaculizados por el influyente grupo de presión a favor de las armas.
Luego de la tragedia de Newton, el presidente Barack Obama presionó para que se controlen más exhaustivamente los antecedentes de los compradores, pero sus esfuerzos han fracasado.